Las emboscadas de Sendero Luminoso podrían estar vinculadas a la lucha por el control de las rutas de la droga

Actualizado: domingo, 12 abril 2009 11:30


LIMA, 12 Abr. (Reuters) -

Las emboscadas de rebeldes de Sendero Luminoso que causaron el jueves trece militares muertos y otros tres resultaron heridos en una zona andina de Perú podrían estar relacionadas con la lucha del grupo por hacerse con el control de las rutas del narcotráfico.

Con estas dos últimas actuaciones suman ya once los ataques en lo que va del año en medio de enfrentamientos de las fuerzas de seguridad y los efectivos restantes de Sendero Luminoso, que buscan dominar las rutas de la droga en su alianza con el narcotráfico, según expertos.

"La lucha contra la guerrilla no es fácil porque las Fuerzas Armadas no están atacando la raíz del problema; que son las bandas de narcotraficantes que operan en esas zonas", dijo el analista en temas de violencia, Jaime Antezana.

Perú es el segundo productor mundial de cocaína, detrás de Colombia. El narcotráfico en tierras peruanas ha aumentado en los últimos años de la mano de cárteles internacionales, principalmente mexicanos, según datos de la policía local.

Gran parte de los efectivos restantes de Sendero Luminoso operan en la zona del VRAE (valle de los ríos Apurímac y Ene) bajo el mando del 'camarada Alipio' y los hermanos 'Quispe Palomino'.

Otro grupo se encuentra en la zona cocalera del Huallaga, en la región central de Huanuco, y es liderado por el 'camarada Artemio', el único miembro de la cúpula en libertad.

Según Antezana, la actuación de los "narcosenderistas" se amplió desde el 2005 con emboscadas por el dominio de las rutas de transporte de droga, de Los Andes y Selva del país hasta la costa del Pacífico, desde donde son enviadas al extranjero.

"Esto es un nuevo conflicto, no es la continuación de la guerra popular, de lo que fue Sendero Luminoso", afirmó. "Creo que si seguimos con este enfoque vamos a tener muchas mas víctimas", dijo el analista. Desde la última ofensiva militar llamada "Excelencia", no se ha informado de ninguna captura importante de miembros del grupo Sendero Luminoso, agregó.

Antezana apuntó que los enfrentamientos con los rebeldes han dejado 59 muertos desde mediados del 2003, cuando comenzaron a resurgir los ataques. De las víctimas, 25 fueron militares, 23 policías y el resto civiles, dijo.

Estos ataques "tienen un carácter sistemático, ya van once en lo que del año y lo más grave es que son las fuerzas de orden las que han llevado la peor parte", dijo Antezana.

Los dos ataques se produjeron el jueves, pero el ministro de Defensa, Antero Flores-Aráoz, confirmó ayer en una rueda de prensa el número de víctimas que patrullaban diferentes puntos de una localidad remota en la región de Ayacucho, cuna del grupo maoísta Sendero Luminoso.

En el primer ataque murió un soldado y en el segundo murieron doce, entre oficiales y soldados del Ejército. El saldo de víctimas es el peor desde octubre del año pasado, cuando murieron una docena de militares y dos civiles en otra emboscada.

Flores-Aráoz informó que los rebeldes usaron granadas y cargas de dinamita que colocaron en un camino agrícola y cuando pasaban las patrullas las hicieron estallar.

"Parte de las armas han sido sustraídas seguramente por los miembros de Sendero Luminoso y los narcoterroristas. Hay un (soldado) desaparecido", dijo Flores-Aráoz. "Los (tres) heridos están fuera de peligro en una hospital. Llegaron con esquirlas en el cuerpo", agregó.

Un oficial declaró, en la misma conferencia de prensa, que muchas de las víctimas cayeron a un barranco por el camino donde patrullaban en la localidad andina de Sanabamba.

PUGNA POR RUTA DE DROGA

Efectivos del grupo maoísta Sendero Luminoso, que tuvo su apogeo hace dos décadas, actúan en tres zonas de los Andes y la Selva de Perú donde se encuentran los mayores centros de producción de cocaína y cultivos de hoja de coca.

Desde hace algunos años, los rebeldes se han convertido en los guardianes de los narcotraficantes que le proveen de armas, municiones y alimentos y hasta tienen sus propios laboratorios de producción de cocaína, según datos de la policía.

A fines de agosto del año pasado, fuerzas del Ejército y la policía iniciaron una ofensiva con el objetivo de acabar con los rebeldes, pero estos han respondido con fuerza y más de 20 militares y policías han muerto en los enfrentamientos.

"El Estado ha tomado la decisión de enfrentarse y de terminar con dureza esta situación, que a todos nos alarma y nos preocupa", afirmó el ministro Flores-Aráoz.

En casi dos décadas de guerra interna, Perú registró 69.000 muertos y desaparecidos entre rebeldes, militares y civiles.