Actualizado: lunes, 9 enero 2017 19:17

BRATISLAVA, 9 Ene. (Reuters/EP) -

El ministro de Finanzas de Eslovaquia, Peter Kazimir, ha dicho este lunes que su homólogo neerlandés, Jeroen Dijsselbloem, debería mantener su puesto al frente del Eurogrupo independientemente del resultado de las elecciones generales que tendrán lugar en Países Bajos el próximo mes de marzo, tras lo que ha añadido que vuelve a ser hora de discutir la posibilidad de establecer una presidencia permanente en el grupo de países del euro.

El ministro de Finanzas neerlandés lleva al frente de las reuniones de los 19 países europeos que cuentan con la moneda común desde principios de 2013 y ahora se encuentra a mitad de su segundo mandato, que finalizará en diciembre de este año. No obstante, si en las elecciones parlamentarias que se celebrarán en Países Bajos el próximo mes de marzo su partido pierde, tendría que dejar su puesto como presidente del Eurogrupo.

De acuerdo con fuentes cercanas a Bruselas, los candidatos con más probabilidades para suceder a Dijsselbloem son el propio Kazimir y el ministro de Economía español, Luis de Guindos. No obstante, Kazimir se ha desvinculado este lunes con un comunicado para acallar los rumores, en el que ha defendido que Dijsselbloem debería finalizar su mandato.

"Creo que debería finalizar su segundo mandato de dos años y medio independientemente de si continúa siendo o no el ministro de Finanzas neerlandés tras las elecciones de marzo", ha asegurado Kazimir. "Y quién sabe, quizá sea hora de volver a abrir el debate sobre la posibilidad de establecer un presidente permanente del Eurogrupo", ha añadido.

La normativa europea establece que los diferentes ministros de los países que pertenecen a la zona euro deben elegir al próximo presidente mediante un sistema de votación de mayoría simple. Las reglas impuestas por la Unión Europea no especifican que el presidente del Eurogrupo tenga que ser un ministro en el cargo en el momento de ejercer la presidencia, aunque siempre ha sido el caso hasta la fecha.

Debido a la inmensa carga de trabajo que implica ser presidente del Eurogrupo y ministro de Finanzas de un país al mismo tiempo, muchos sectores europeos han planteado la posibilidad de imponer un presidente "permanente". El mandato duraría entonces al menos cinco años, y el elegido podría centrarse en el Eurogrupo a tiempo completo.

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