Beji Caid Essebsi, presidente de Túnez
ANIS MILI / REUTERS
Actualizado: viernes, 15 enero 2016 5:30

MADRID, 15 Ene. (EUROPA PRESS) -

El presidente de Túnez y exlíder de Nidaa Tounes, Beyi Caid Essebsi, ha negado este jueves que pretenda ceder el poder en la formación a modo de legado, en medio de una oleada de dimisiones a causa del papel de su primogénito en el partido.

"No tengo un heredero, todos los tunecinos son mis hijos", ha dicho durante un discurso para conmemorar el quinto aniversario de la revolución tunecina, que se saldó con la salida del poder en enero de 2011 del entonces presidente, Zine el Abidine ben Alí.

"He dejado Nidaa Tounes desde que asumí el cargo de presidente, pero debido a la crisis que sacude el partido he decidido, tras una cuidadosa valoración, interferir en sus asuntos, reclamando a una comisión que desarrolle una 'hoja de ruta' para poner fin a la situación", ha anunciado.

"Me niego a ver que los conflictos en Nidaa Tounes afectan a la imagen de Túnez en el extranjero", ha recalcado, agregando que "las crisis en los partidos son un fenómeno natural, especialmente en democracias nacientes", según ha informado la agencia estatal tunecina de noticias, TAP.

Al menos diez altos cargos del partido presentaron el miércoles su dimisión, en medio de una disputa en el seno de la formación que la ha llevado a perder su mayoría en el Parlamento.

Entre los nuevos dimisionarios, que se unieron a 22 parlamentarios, figuran los ministros de Sanidad y Asuntos Sociales, que afirmaron que abandonan el partido debido a que "está siguiendo un camino no democrático".

Esta situación ha permitido a sus rivales, los islamistas moderados de Ennahda con los que gobiernan en coalición, convertirse en el principal poder parlamentario, y ha profundizado la ya existente división entre los dos bandos de Nidaa Tounes, tan sólo unos días después de que su secretario general, Mohsen Marzuk, anunciara su separación de la formación para crear un nuevo movimiento político.

Las dimisiones de los miembros del principal partido de la coalición de Gobierno tunecina podrían complicar los intentos del Ejecutivo de impulsar importantes reformas que los acreedores internacionales están exigiendo para frenar el gasto público y empujar la economía de un país golpeado por tres grandes atentados islamistas el último año.

Nidaa Tounes emergió como fuerza política en 2013, para liderar las protestas contra el Gobierno de Ennahda, a quien venció en 2014 y con quien se unió para formar Gobierno.

Las divisiones han ido creciendo en las filas del partido desde el año pasado, después de una disputa entre dos alas de la formación, una liderada por el hijo del presidente, Hafedh Caid Essebsi, y otra por Marzuk.

Los partidarios de Essebsi niegan que quieran colocar al hijo del presidente en una posición de poder a través de un traspaso dinástico del control del partido. Por su parte, los críticos consideran que el bando de Essebsi ha pisoteado las normas del partido.

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