MADRID, 21 Dic. (EUROPA PRESS) -
Un artefacto explotó este martes en el campamento de refugiados de Ifo, que pertenece al complejo de Dadaab en Kenia, cerca de la frontera con Somalia, aunque no ha causado ninguna víctima mortal ni heridos, un día después de que un agente de Policía muriera en otra explosión en el campamento vecino de Hagadera.
El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) señaló en un comunicado la inestabilidad de la zona y la inseguridad en los numerosos campamentos de refugiados agrupados en Dadaab, que dan cobijo a 460.000 personas.
Desde octubre, se han producido cuatro atentados con bomba en Dadaab y tres trabajadores de agencias humanitarias han sido secuestrados, entre ellos dos españolas. En total, han muerto tres agentes de la Policía de Kenia y han resultado heridos otros cuatro.
El Alto Comisionado, António Guterres, mostró su preocupación por el "bienestar y la seguridad de los refugiados somalíes en Dadaab". "Por el bien de los refugiados y por aquellos que les ayudan, es de vital importancia preservar la paz y el carácter civil de los campamentos", pidió.
Debido al conflicto, la hambruna y la sequía que sufre Somalia, 295.000 personas han huido este año de este país. Más de la mitad se han instalado en los campamentos de Dadaab, mientras el resto se ha marchado a Etiopía, Yemen o Yibuti.
A pesar del volumen de desplazados, las agencias humanitarias han seguido proporcionando su ayuda a los refugiados, pero desde octubre, se han producido diferentes episodios de violencia que han provocado que solo puedan ofrecerse los servicios básicos, como comida, agua o sanidad.
Más de 950.000 somalíes viven fuera de su país como refugiados mientras 1,46 millones se encuentran desplazados en el interior de su territorio.
