MADRID, 23 May. (EUROPA PRESS) -
El Ministerio de Exteriores de Francia ha acusado este miércoles al Gobierno sirio de intentar transferir el conflicto armado que atraviesa el país a los países de la región, y particularmente a Líbano, tras los enfrentamientos registrados en los últimos días en la localidad libanesa de Trípoli.
"Estamos muy preocupados por las actividades violentas que están teniendo lugar en Trípoli. Está claro que (el presidente sirio) Bashar al Assad pretende extender la crisis en Siria y transferirla a los países vecinos, particularmente a Líbano", ha dicho el portavoz del ministerio, Philippe Lalliot.
En este sentido, ha subrayado que Líbano no ha de ser arrastrado al conflicto y ha solicitado a todas las formaciones políticas que se adhieran a la Declaración de Baabda, en la que los movimientos 14 de Marzo y 8 de Marzo se comprometieron a mantener su neutralidad en los conflictos en la región.
"Reiteramos el apoyo total de Francia a las autoridades libanesas, especialmente al presidente, Michel Suleiman, que, pese a las duras condiciones regionales, sigue firmemente comprometido con su política de disociación", ha remachado Lalliot, según ha informado el diario libanés 'An Nahar'.
Los enfrentamientos entre residentes chiíes y suníes de Trípoli se han extendido durante los últimos cinco días y han dejado hasta el momento un balance de catorce muertos y más de un centenar de heridos.
Los esfuerzos de mediación para conseguir un alto el fuego entre los barrios rivales de Bab al Tabbaneh, de mayoría suní, y Jabal Mohsen, de mayoría chií, han fracasado hasta el momento. Tras varias horas de calma, los enfrentamientos se han reactivado en la tarde del miércoles y han continuado durante la madrugada del jueves.
Las enfrentamientos registrados en los últimos días entre residentes de ambos barrios suponen un nuevo rebrote de las tensiones entre ellos en torno a la crisis política en Siria. Bab al Tabbaneh se ha convertido en uno de los focos de respaldo a los grupos opositores armados, mientras que Jabal Mohsen se ha situado del lado de Bashar al Assad, perteneciente a la comunidad alauí, una rama del chiísmo.
Desde el estallido de la crisis en el país árabe han fallecido más de 50 personas y varios cientos han resultado heridas en los enfrentamientos derivados de la situación en la localidad libanesa.
El incremento de las luchas se ha visto azuzado por los violentos combates registrados en torno a la localidad siria de Qusair, en la que combatientes del partido-milicia chií libanés Hezbolá combaten del lado de las fuerzas de seguridad sirias contra los rebeldes.
PAPEL DE HEZBOLÁ
Este mismo miércoles, el secretario general adjunto de Hezbolá, Naim Qassem, ha afirmado que su formación "no permanecerá indiferente frente al complot mundial contra Damasco". "Lo que está teniendo lugar en Siria forma parte de un método bien calculado destinado a destruir a la resistencia (a Israel)", ha sostenido.
Hezbolá ha mantenido durante el conflicto en Siria su apoyo al presidente y ha abogado públicamente por la resolución política del conflicto y por la introducción de reformas democráticas en el país.
Sin embargo, el vicepresidente del consejo ejecutivo del partido-milicia, Nabil Kauq, manifestó a finales de abril que la intervención de la formación en el conflicto sirio "es un deber nacional y moral para la defensa de los libaneses que residen en las localidades fronterizas".
A principios de mayo, el secretario general de la formación, Hasán Nasralá, reconoció por primera vez la presencia de combatientes de su formación en territorio sirio y aseguró que los rebeldes no tienen la capacidad militar necesaria para derrotar a todas las fuerzas que luchan por el Gobierno de Al Assad.
Nasralá hizo hincapié en que el objetivo que "no es solo eliminar a Siria del eje de la resistencia", sino también "destruir el Estado y la sociedad para convertir a Siria en un estado fallido que no pueda tomar sus decisiones sobre su petróleo, su gas y su fortuna".
Ante ello, el líder de Hezbolá advirtió de que los aliados de Siria en la región no permitirán que el país caiga "en las manos de los americanos, Israel y los extremistas".
INCIDENTES EN SIDÓN
Estas tensiones se han expandido durante la jornada a la localidad de Sidón (sur) tras un intento de enterrar en un cementerio suní de la ciudad a un suní que se unió a las filas de Hezbolá y que falleció recientemente en los combates en torno a Qusair.
Salé Sabbagh, de padre suní y madre chií, se convirtió al chiísmo y se unió a las filas de Hezbolá hace varios años. Su familia, a excepción de la madre, ha insistido en que fuera enterrado en un cementerio suní de Sidón, lo que ha sido considerado como una provocación.
Así, un grupo de seguidores del controvertido clérigo suní Ahmad al Asir, que el mes pasado hizo un llamamiento a la 'yihad' contra Hezbolá y el Gobierno sirio, han bloqueado la entrada al cementerio con neumáticos ardiendo y sacos de arena y han coreado cánticos contra la formación chií.
Finalmente, tropas libanesas se han desplazado al lugar para restaurar la calma, tras lo que Hezbolá ha decidido enterrar a Sabbagh en un cementerio chií de la localidad portuaria para evitar una escalada de tensiones, según ha informado el diario libanés 'The Daily Star'.
Sin embargo, tras el entierro varios seguidores de Hezbolá y de la Organización Popular Nasserista Osama Saad han lanzado piedras contra un grupo de seguidores de Al Asir y de la formación salafista Gamaa al Islamiya. Pese a que se han escuchado varios disparos en el marco del enfrentamiento, no se han registrado heridos.