PARIS, 3 Oct. (EUROPA PRESS) -
El primer secretario del Partido Socialista Francés, François Hollande, exigió hoy al Gobierno retirar del proyecto de ley sobre gestión de la inmigración la polémica enmienda que permite recurrir a un análisis de ADN para probar la filiación en casos de reagrupamiento familiar. No obstante, el primer ministro, François Fillon, advirtió de que el Gobierno usará "en todo caso" las modernas técnicas biométricas en la política migratoria. Durante la sesión de control al Ejecutivo celebrado en la Asamblea Nacional, Hollande argumentó que la medida atenta "contra el concepto de individuo, la idea de la República y la imagen de Francia".
Expuso igualmente que se cuestionan principios como la definición de la familia, que en el derecho francés no se basa en la biología sino en el reconocimiento, el rol de la biología en la sociedad francesa o el principio de la no discriminación.
Según la actual legislación francesa, un test de ADN sólo puede utilizarse en un proceso judicial o en una investigación médica, por lo que, en opinión del líder socialista, de salir adelante la propuesta gubernamental, se abriría una brecha "de graves consecuencias".
Hollande llevó hoy a la Asamblea Nacional el rechazo que también han expresado a las pruebas del ADN otros miembros de la clase política francesa, entre ellos algunos pertenecientes a las filas de la UMP, el partido gubernamental. Ayer, durante el debate celebrado en el Senado, el ministro de Inmigración e Identidad Nacional, Brice Hortefeux, aceptó introducir determinadas garantías en el uso de la prueba de tal forma que ésta se hará a petición del solicitante del visado, la iniciativa tendrá un carácter experimental, sólo se aplicará en un número restringido de países y será limitado en el tiempo.
Además, sólo se podrá mostrar la filiación con la madre para evitar revelaciones que lleven a un padre a conocer que no es el padre biológico. En todo caso, el Estado es el que correría con todos los gastos.
A pesar de que ello, el diario 'Liberation' publicaba hoy un manifiesto en contra firmado por numerosas personalidades del mundo de la política, las organizaciones sociales y la cultura. El ex primer ministro Dominique de Villepin, el líder de Modem, François Bayrou, o la actriz Isabelle Adjani, eran algunos de los firmantes.
EVITAR POLEMICAS
En su réplica a Holland, el primer ministro, François Fillon, recordó que Francia es una nación "de integración", pero que eso implica la existencia de unos valores comunes y, por tanto, que no hay inmigración "sin control ni exigencias". "Es la razón por la cual queremos pasar de una inmigración sufrida a una inmigración elegida", dijo. "Y pretendemos dotarnos de todos los medios para llegar a este resultado", advirtió.
Fillon reclamó también evitar "polémicas y caricaturas" porque el Gobierno no pretende hacer un "fichaje genético" ni atentar contra la ley de bioética, sino dar a los solicitantes de asilo que no pueden probar su filiación porque carecen de documentos civiles, un medio para hacerlo. En este punto, recordó que "doce países democráticos", entre ellos España, lo usan.
"No digo que haya que actuar de manera idéntica. Pienso, simplemente, que nada justifica rechazar un sistema que usan los laboristas británicos, los socialistas españoles, la izquierda italiana o la coalición socialcristiana alemana", expuso.
Por último, recordó que el texto legislativo sigue siendo enmendado para reforzar las garantías procedimentales pero advirtió de que "en todo caso, el Gobierno está decidido a usar las técnicas modernas de biometría al servicio de una política de gestión de la migración". "Otra cosa sería -dijo--, ser ingenuos o inconscientes y, por tanto, contrarios al interés general".