KUWAIT 18 Abr. (Reuters/EP) -
Las fuerzas de seguridad de Kuwait han disuelto este miércoles con gases lacrimógenos una manifestación en la que participaban miles de personas en protesta contra la condena a cinco años de cárcel contra el líder opositor y exparlamentario Musallam al Barrak por tratar de minar el estatus del emir, Al Jaber Al Sabá.
El líder opositor fue declarado culpable de agredir verbalmente al emir durante un discurso ofrecido el pasado octubre en medio de los enfrentamientos entre el Gobierno y la oposición por un decreto que modificó la ley electoral de 2006 y que redujo el número de candidatos que los votantes podrían elegir, pasando de cuatro a uno. En sus declaraciones, Al Barrak pidió a Al Sabá que evitara ejercer "un mandato autocrático".
Tras el anuncio de su condena, Al Barrak subrayó que el veredicto viola el artículo 34 de la Constitución. Su abogado, Mohamed Abdulkader al Jassem, ya ha anunciado que ha apelado la sentencia. "El tribunal decidió no escuchar ningún tipo de defensa, lo que va contra la legislación kuwaití", ha valorado.
Los seguidores de Al Barrak han organizado varias manifestaciones desde el inicio del proceso contra el opositor, que ha incrementado las tensiones entre el Gobierno, encabezado por un primer ministro elegido a dedo por el emir, y los opositores.
Hasta el momento, las autoridades no han puesto bajo custodia a Al Barrak, después de que las fuerzas de seguridad no le localizaran el miércoles durante una redada en su vivienda, según testigos citados por la agencia británica de noticias Reuters.
Horas antes, el líder opositor había pronunciado un discurso frente a su vivienda al que acudieron miles de personas en el que aseguró que no había insultado al emir. Tras sus palabras, miles de personas comenzaron una manifestación espontánea que fue disuelta por agentes antidisturbios.
El nivel de las movilizaciones ha caído desde la celebración de elecciones parlamentarias en diciembre, si bien los grupos defensores de Derechos Humanos no olvidan que al menos 25 personas han sido imputadas por supuestas ofensas al emir, principalmente a través de Internet. Las autoridades ya han dictado condenas contra algunas de estas personas, de hasta cinco años de cárcel.
La semana pasada, medios locales informaron de que el Gobierno ha elaborado una nueva ley de prensa que castigará las declaraciones ofensivas contra el emir y su familia con multas de hasta 300.000 dinares (805.000 euros). Estos castigos serían extensibles a las críticas difundidas tanto a través de los medios tradicionales como de las redes sociales en Internet.
El Gobierno todavía no ha revelado los detalles de esta nueva normativa, que aún depende de la aprobación parlamentaria, pero el ministro de Información, Salman al Sabá, defendió que el único objetivo de la ley será "mantener la estabilidad" del país y sus relaciones con otros países, así como "añadir valor a los medios".