Niños desplazados por la ofensiva sobre Mosul
UNICEF/SOULAIMAN
Actualizado: martes, 15 noviembre 2016 20:08

DEBAGA (IRAK), 15 Nov. (Reuters/EP) -

Cientos de niños nacidos en el norte de Irak y en Siria en los últimos dos años en el territorio controlado por el Estado Islámico carecen de documentos de identidad y de certificados de nacimiento, por lo que corren el riesgo de conformar una generación de apátridas, sin reconocimiento legal por parte de ningún país.

Después de conquistar gran parte del norte de Irak y Siria en 2014, el Estado Islámico comenzó a instaurar una versión muy estricta de la ley islámica. Los milicianos yihadistas también comenzaron a imponer las medidas estatales básicas de su autoproclamado califato, como obligar a la población a pagar impuestos y una serie de normas legales.

No obstante, el proyecto de nación yihadista que intentaron llevar a cabo los milicianos está colapsando debido a la ofensiva militar liderada por el Ejército de Irak en el norte del país, que ha obligado a cientos de miembros del grupo terrorista a dejar sus posiciones y huir de muchas localidades conquistadas.

A pesar de que el avance de las tropas iraquíes supone un gran alivio para la población que vivía aislada bajo el control del Estado Islámico, también ha tenido consecuencias inesperadas para las familias que han tenido hijos en los últimos dos años. Todos los niños que han nacido en zonas controladas por los yihadistas fueron registrados por las autoridades impuestas por la organización terrorista, unas autoridades que ni el Gobierno de Irak ni el de Siria reconocen.

Por lo tanto, se estima que en la actualidad hay miles de niños de entre uno y dos años que no tienen ningún documento que demuestre su existencia y reconozca su nacionalidad iraquí o siria. Al no tener documentos de identidad, carecen de reconocimiento legal como ciudadanos de cualquier país.

Los niños apátridas corren el riesgo de no tener acceso en un futuro a servicio básicos como la educación o la sanidad. De acuerdo con Naciones Unidas, también sufren dificultades en su edad adulta para conseguir trabajo y están más expuestos a los abusos y al tráfico de personas.

SARA Y ALÍ

Sara nació pocos días después de que los milicianos yihadistas conquistaran la mayor parte del norte de Irak en 2014. Su hermano pequeño, Alí, nació dos años después, días antes de que su familia decidiera huir hacia el campo de refugiados de Debaca desde su pueblo, al sur de Mosul. Su padre, Mohammed, ha admitido que no registró a ninguno de sus dos hijos ante el régimen islamista.

"Si ibas con un niño ante las autoridades, emitían un certificado de nacimiento ellos mismos en el nombre de su propio Estado", ha explicado Mohammed. Muchos padres, al contrario que Mohammed, sí decidieron registrar a sus hijos ante las autoridades yihadistas. Los certificados de nacimiento de muchos de estos niños cuentan con un gran logo del grupo terrorista y el eslogan "No hay más dios que Alá".

Furak, un joven de 22 años procedente del área cercana a Mosul, mostraba hace unos días ante las cámaras de varios periodistas el documento que le dio el grupo yihdista cuando registró a su hijo de ocho meses ante las autoridades del Estado Islámico. Es muy similar al que proporciona el Gobierno iraquí.

Mahdi Waili, jefe del departamento del Gobierno que se encarga de gestionar los documentos de identidad, ha querido tranquilizar a la población y ha asegurado que todos los padres que no hayan registrado a sus hijos o que lo hayan hecho ante el Estado Islámico pueden acudir a las oficinas del Ministerio de Sanidad para registrarles como ciudadanos iraquíes. No obstante, debido a los intensos combates y la situación de inestabilidad, la inmensa mayoría de los servicios públicos en el norte de Irak, entre ellos las oficinas ministeriales, están inactivos.

MIEDO A LAS REPRESALIAS

Muchos padres entrevistados por la agencia de noticias Reuters han reconocido que, aunque sí registraron a sus hijos ante las autoridades islamistas, rompieron y tiraron los documentos cuando las fuerzas iraquíes comenzaron a expulsar a los milicianos de las localidades cercanas a Mosul. De acuerdo con sus testimonios, tenían miedo a que los soldados iraquíes consideraran que habían cooperado con la organización terrorista.

Alí, un padre primerizo procedente de Mosul, ha contado cómo consiguió un certificado dentro de la ciudad sin el sello yihadista para su hija Amal, un bebé de 19 meses que ha nacido con un defecto en el cerebro que le impide aprender a caminar. Según ha explicado Alí, se hizo con un certificado de nacimiento iraquí gracias a la ayuda de un vecino que trabajaba en el hospital local, pero se negó a dejar que las autoridades islamistas le pusieran el sello oficial del Estado Islámico. "El médico me dijo: No dejes que nadie sepa que tienes el certificado o nos matarán a todos", ha apuntado Alí.

El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) ha hecho un llamamiento a las autoridades iraquíes para que proporcionen a estos niños tanto un certificado de nacimiento como un documento de identidad, con el objetivo de prevenir que se conviertan en niños apátridas. Desde que comenzó el conflicto contra el Estado Islámico en Irak, ACNUR ha solucionado al menos 175 casos de este tipo.

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