Archivo - Estación de tren Kings Cross St Pancras, en Londres, Reino Unido (archivo) - Europa Press/Contacto/Tejas Sandhu - Archivo
MADRID 23 Nov. (EUROPA PRESS) -
El Gobierno británico ha anunciado este domingo que, por primera vez en tres décadas, mantendrá sin cambios las tarifas reguladas del transporte ferroviario en Inglaterra, una decisión incluida en el nuevo presupuesto de la ministra de Hacienda, Rachel Reeves, con la que busca aliviar la presión del coste de la vida y contener la inflación.
El Ejecutivo ha detallado en un comunicado que esta congelación abarca los abonos de temporada y los billetes de ida y vuelta --tanto en hora punta como en hora valle-- entre las principales urbes inglesas. Estas tarifas, que tradicionalmente han evolucionado en función de la inflación, habrían debido actualizarse en marzo. Sin embargo, el Gobierno ha decidido frenar dicha subida para beneficiar a los viajeros.
Reeves ha defendido que mantener congelados los precios del tren "aliviará la carga sobre las economías familiares y hará más accesibles los desplazamientos al trabajo, a los centros educativos y a las visitas personales". En cualquier caso, desde el Ejecutivo han recordado que las decisiones sobre tarifas reguladas en Escocia y Gales corresponden a sus respectivos gobiernos autónomos, por lo que la medida solo será efectiva en Inglaterra.
La titular de Hacienda ha querido compensar con esta disposición el descontento ciudadano derivado de su plan para recaudar alrededor de 25.000 millones de euros mediante incrementos fiscales y límites de gasto público, recursos que Londres considera necesarios para recomponer las cuentas nacionales.
La medida en cuestión forma parte de un paquete más amplio de iniciativas de asequibilidad presentado este miércoles por Reeves en el marco de su presupuesto, que incluye propuestas "justas" para avanzar en tres prioridades: la reducción de las listas de espera del NHS (Servicio Nacional de Salud), la disminución de la deuda estatal y la rebaja del coste de la vida.
Así, en un contexto en el que el Gobierno laborista del primer ministro Keir Starmer ha ido perdiendo respaldo popular, la ministra ha insistido en que combatir la inflación y el encarecimiento generalizado continúa siendo uno de sus principales objetivos.