PEKÍN 17 Mar. (Reuters/EP) -
El Ministerio de Asuntos Exteriores chino ha rechazado este lunes la versión de que la conocida disidente y activista en defensa de los Derechos Humanos Cao Shunli muriera tras habérsele negado tratamiento médico mientras se encontraba en prisión.
El portavoz del Ministerio Hong Lei ha asegurado que Cao había estado enferma durante un largo período y que había muerto tras sufrir un fallo multiorgánico derivado de una tuberculosis. "Mientras Cao Shunli estuvo enferma recibió tratamiento a conciencia y proactivo, y se protegieron sus derechos legales", ha explicado Hong.
Asimismo, ha explicado que su Gobierno se "opone firmemente" a las críticas que ha recibido Pekín en torno al caso de Cao por parte de numerosos países. "Nos negamos a que importantes países en nombre de los Derechos Humanos interfieran en la soberanía judicial y en la independencia de China", ha añadido.
El hermano pequeño de la activista, Cao Yunli, aseguró este domingo que su familia estaba intentando entender cómo su hermana podía haber muerto de una enfermedad relativamente común y de fácil tratamiento como es la tuberculosis.
Cao Shunli fue dada por "desaparecida" a mediados de septiembre después de que las autoridades impidieran que viajara a Ginebra para participar en un programa sobre Derechos Humanos. El pasado mes de junio, Cao organizó una sentada de dos meses de duración frente al Ministerio de Exteriores para demandar la participación de la población en la redacción de un informe nacional sobre Derechos Humanos.
Su arresto fue anunciado oficialmente el pasado mes de octubre bajo sospecha de "participar en enfrentamientos y provocar disturbios", según el grupo Human Rights in China (HRIC), organismo que informó acerca de las declaraciones del abogado de la disidente, Liu Wieguo, a través de las denunció que Cao padecía tuberculosis y una grave enfermedad hepática y que no recibió finalmente la condicional hasta que se demostró que estaba enferma terminal.
MANOS MANCHADAS DE SANGRE
Una de las investigadoras china de Amnistía Internacional, Anu Kultalahti, ha instado a Pekín a investigar la muerte de la activista. "Cao Shunli es una activista por los Derechos Humanos con mucho coraje que ha pagado un precio muy alto por su activismo en China. Con esta muerte, las autoridades chinas tienen sangre en sus manos", ha añadido.
"Su muerte subraya la crueldad de las autoridades chinas y su preparación para silenciar las voces independientes y críticas" con el Gobierno, ha concluido.