Hungría.-Al menos un herido en enfrentamientos entre policías y manifestantes que pedían la dimisión del primer ministro

Actualizado: lunes, 23 octubre 2006 20:05

La protesta coincide con el 50 Aniversario de la sublevación contra los soviéticos en 1956

BUDAPEST, 23 Oct. (EP/AP) -

Al menos una persona ha resultado hoy herida en la cabeza en enfrentamientos con la Policía húngara, que empleó balas de goma, gas lacrimógeno y cañones de agua para dispersar a 200 manifestantes concentrados en la plaza del Parlamento para pedir la dimisión del primer ministro húngaro, Ferenc Gyurcsany, coincidiendo con el 50 Aniversario de la sublevación contra los soviéticos en 1956. El herido, aunque con la cabeza ensangrentada, permanece consciente.

Las protestas en la plaza de Kossuth, a la salida del Parlamento, llevan sucediéndose desde el pasado 17 de septiembre para exigir la dimisión de Gyurcsany, justo cuando se filtró una grabación del mismo en la que admitía la mala situación económica del país, sobre la cual mintió en vísperas de las elecciones del pasado mes de abril. La manifestación de hoy reunió desde primera hora de la mañana a 200 manifestantes, muchos de los cuales fueron dispersados por la Policía.

Por su parte, los 200 manifestantes prometieron continuar las protestas hasta conseguir la dimisión de Gyurcsany, pero la Policía húngara consiguió sacarles de la plaza después de que se negaran a someterse a controles de seguridad. Sin embargo, las autoridades no han desmantelado las docenas de tiendas de campaña que colocaron los manifestantes en la plaza, a las que se espera puedan regresar una vez que termine las celebraciones por la rebelión antisoviética.

Al inicio de dicha celebración, la Policía golpeó con porras de goma a varios manifestantes, incluidas mujeres y ancianos, según la agencia de noticias húngara, MTI, y subrayó la gravedad de algunos heridos.

A última hora de la tarde, los manifestantes comenzaron a reunirse en distintos puntos del centro de Budapest y varios cientos de ellos consiguieron bloquear carreteras con contenedores de basura y lanzaron piedras contra miembros de la Policía antidisturbios, que por su parte emplearon grandes cantidades de gas lacrimógeno y varios cañones de agua para dispersar a los protestantes en la calle Bajcsy Zsilinszky, próxima a la basílica de San Esteban.

Asimismo, la principal coalición política de la oposición Fidesz-Unión Cívica Húngara (centro derecha), organizó a varias manzanas del Parlamento su propia celebración del aniversario de la sublevación húngara en 1956, a la que acudieron según MTI más de 100.000 personas.

56 DELEGACIONES EXTRANJERAS ACUDEN A BUDAPEST

Las celebraciones conmemorativas de hoy se iniciaron con la izada de la bandera nacional húngara, y siguieron con la tradicional ofrenda floral por los distintos dignatarios húngaros y de las 56 delegaciones extranjeras en el monumento que conmemora la sublevación estudiantil húngara contra los soviéticos en 1956 en la plaza Kossuth. También asistieron en Budapest el rey Don Juan Carlos y el secretario general de la OTAN, Jaap de Hoop Scheffer.

Más tarde, los funcionarios asistieron a una sesión especial de apertura de la legislatura en la Cámara Alta, donde intervinieron Gyurcsany y el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso.

"Nuestros debates sobre 1956 no tratan del pasado, sino del presente, de cómo somos y de la clase de mundo que querríamos", explicó Gyurcsany y resaltó que "1956 es un recordatorio, un espejo en que vemos nuestro yo presente, a veces de forma exhibida".

El primer ministro ha rechazado a quienes se cuestionan el derecho del Partido Socialista gobernante, heredero del partido comunista que gobernó Hungría después desde el aplastamiento de la sublevación húngara en 1956 por parte de las tropas soviéticas hasta 1989, a liderar dicho aniversario conmemorativo, al justificar que su Gobierno tiene derecho legítimo sobre los principios de la revolución.

En este sentido, aludió a la figura de Irme Nací, primero comunista y después demócrata, que regresó brevemente al poder en 1956, como "el predecesor político de todo primer ministro" de la era poscomunista de Hungría.

Por su parte, Durao Barroso admitió que la revolución de 1956 "encendió la llama de la libertad", que más tarde ayudaría a desterrar las dictaduras en toda Europa. "La valentía de héroes frecuentemente anónimos de 1956 llevó a la creación de nuevas democracias y a la reunificación de Europa", resaltó Barroso.

200.000 EXILIADOS

En Ginebra, el Alto Comisionado para los Refugiados de la ONU, Antonio Gutiérrez, destacó por su parte que la sublevación húngara que obligó a 200.000 personas a abandonar sus hogares del país, debería servir de recordatorio al mundo de la necesidad de ayudar a las víctimas de la persecución política de forma generosa.

"Lamentablemente, todavía hoy somos testigos de situaciones en las que la magnitud de sufrimiento es mucho mayor que la que vimos en Budapest y la indiferencia también es mucho mayor", criticó Antonio Gutiérrez.

Entre los eventos programados para hoy se incluyen la inauguración de una estatua conmemorativa de Salín de 18 metros de altura y que fue tirada abajo durante la sublevación estudiantil, así como otra inauguración por veteranos de 1956 en la Universidad de Economía Y Tecnología de Budapest, donde se originaron entonces las protestas estudiantiles el 23 de octubre de 1956, que se convirtieron en una auténtica sublevación armada al anochecer.

Entonces, cerca de 2.800 húngaros y 700 soldados soviéticos fueron asesinados en la represión del Ejército Rojo, iniciada el 4 de noviembre de 1956. Tras la derrota militar, se sucedieron durante semanas huelgas y manifestaciones hasta su aplastamiento definitivo por la Unión Soviética en enero de 1957. Más de 200.000 húngaros abandonaron el país y al menos 225, acusados de participar en la revolución, fueron ejecutados, incluido el entonces primer ministro Nagy.