BAGDAD 24 Ago. (EP/AP) -
Presuntos milicianos de Al Qaeda atacaron ayer dos localidades, una suní y la otra chií, situadas al este de Baquba, provocando enfrentamientos con los habitantes que dejaron un saldo de 17 civiles y 10 insurgentes muertos, según informaron la Policía y testigos presenciales.
El primer ataque comenzó en torno a las seis y media de la mañana (ocho y media en España), cuando 25 presuntos milicianos hicieron explotar una bomba en la casa del jeque líder de la comunidad suní, Younis al Shimari, en la ciudad de Ibrahim al Yahya, destruyendo la vivienda y matándole a él y a un familiar. Otras diez personas resultaron heridas, incluyendo cuatro familiares y viandantes. Otras personas sufrieron heridas por disparos.
"Este ataque provocará un levantamiento contra ellos (los terroristas) que se extenderá a otras localidades", explicó una mujer que resultó herida por la explosión.
Asimismo, un vehículo de Policía que llegó a toda prisa al lugar de los hechos se estrelló y dos agentes murieron, según informó la Policía de la provincia de Diyala. Entonces, un grupo de hombres de la localidad se armaron e iniciaron un enfrentamiento de una media hora con los milicianos, según testigos.
Al mismo tiempo, la localidad de Timim, cercana a la anterior y de mayoría chií, sufrió el ataque de un grupo de insurgentes que dijeron ser de Al Qaeda. Un total de 17 personas, incluidas siete mujeres, fallecieron y otras 22 resultaron heridas en los dos ataques, explicó el agente policial en Baquba Ali Dlaiyan.
Además, señaló que 10 asaltantes también murieron en los enfrentamientos que se originaron tras el levantamiento de los habitantes de las dos ciudades. Una fuerza conjunta de militares estadounidenses e iraquíes bloquearon la región tras los incidentes.
Otras siete personas fueron secuestradas en el incidente, y posteriormente aparecieron muertos en una carretera que une el poblado, con un disparo en la cabeza, dos de los hombres secuestrados. No se sabe nada del resto de los secuestrados, ni si están vivos ni adónde fueron trasladados.
Por otra parte, un soldado estadounidense falleció ayer, y cuatro más resultaron heridos en operaciones de combate libradas un día antes al oeste de la capital, según informó el Ejército en un comunicado, sin dar más detalles. En total, alrededor de 3.723 soldados norteamericanos han perecido en Irak desde que estalló el conflicto en marzo de 2003, según un recuento de la agencia AP.
Asimismo, el Ejército norteamericano informó ayer de la detención hace varios días de nueve policías iraquíes, presuntamente implicados en la colocación de una bomba de carretera cerca de un puesto de control que controlan efectivos de Estados Unidos en el distrito de Rasheed, en el este de Bagdad.