BAGDAD, 21 Sep. (EP/AP) -
Dos colaboradores del gran ayatolá Alí al Sistani fueron asesinados anoche en el sur de Irak, tras lo cual los seguidores del clérigo en Basora decidieron boicotear hoy el sermón del viernes en las mezquitas para pedir más protección para los líderes religiosos del país.
Con esas muertes suman por lo menos cinco el número de ayudantes de Al Sistani asesinados desde principios de agosto como consecuencia de la creciente violencia entre las diversas milicias islamistas que luchan por el poder y por el control de los ingresos petroleros en el sur de Irak.
Los ataques de anoche ocasionaron protestas generalizadas entre los seguidores del gran ayatolá y peticiones insistentes de que sean reforzadas las medidas de seguridad en torno a los jerarcas religiosos.
Al Sistani, que lleva una vida muy retirada, ha sufrido por lo menos un intento de asesinato desde 2003. Nacido en Irán, Al Sistani, de unos 70 años de edad, goza del respeto generalizado de la mayoría chií en Irak, por lo que millones de personas podrían ocupar las calles, contribuyendo a la violencia sectaria, en caso de resultar herido o muerto en otro ataque.
BLACKWATER
Por otra parte, la Embajada estadounidense reanudó hoy, aunque de forma limitada, el desplazamiento de convoyes escoltados por la firma Blackwater USA, pese a la reciente polémica por la muerte de civiles presuntamente a manos de empleados de esa empresa.
La decisión se produce cuatro días después de haber sido prohibidos los viajes terrestres de diplomáticos y civiles estadounidenses debido a la muerte de civiles presuntamente a manos de trabajadores de la firma de seguridad.
Un ayudante del primer ministro Nuri al Maliki reconoció que quizá le resulte difícil al Gobierno iraquí cumplir la amenaza de expulsar del país a Blackwater y otras empresas de seguridad occidentales.
El colaborador, que habló a condición de guardar el anonimato porque continúa la investigación sobre el incidente del domingo, reconoció que una forma de superar la crisis de Blackwater podría ser el pago de compensaciones monetarias a los familiares de las víctimas y un acuerdo que involucre a todas las partes sobre nuevas normas para sus operaciones en Irak.
La portavoz de la Embajada estadounidense, Mirembe Nantongo, dijo hoy que la decisión de reanudar los desplazamientos terrestres fuera de la Zona Verde de Bagdad fue adoptada tras consultar al Gobierno iraquí. Esos convoyes estarán limitados a misiones esenciales.
Nantongo se negó a comentar el informe del Ministerio del Interior según el cual los empleados de Blackwater dispararon desde cuatro posiciones en una plaza del occidente de Bagdad al no detenerse un vehículo que pasó cerca de su convoy durante el incidente del domingo. "Aguardamos los resultados de la investigación, que realizamos con la mayor premura", indicó Nantongo.
La prohibición de desplazamiento fuera de la Zona Verde, anunciada el martes, confinó a los diplomáticos estadounidenses a vivir en esa zona de 9 kilómetros cuadradossituada en el centro de la capital, donde se encuentra la Embajada estadounidense y miles de soldados y empleados de firmas norteamericanas.
La única forma de desplazamiento autorizada fue el transporte en helicóptero, lo que revela hasta qué punto el Departamento de Estado depende de los empleados de Blackwater para su seguridad.
