BAGDAD 19 Abr. (EP/AP) -
El secretario de Defensa estadounidense, Robert Gates, viajó hoy a Irak para pedir al Gobierno que encabeza Nuri al Maliki "un progreso más rápido" y advirtió de que el apoyo de Washington a Irak no es ilimitado, y prueba de ello son el cansancio tanto de la Administración del presidente, George W. Bush, como de la sociedad estadounidense, además de la dificultad del Ejecutivo de ver aprobado un paquete económico para financiar las guerras de Irak y Afganistán.
"Me gustaría ver un progreso más rápido", reconoció Gates, al tiempo que citó el proceso de reconciliación nacional en Irak y el proyecto de ley del petróleo que será debatido en breve por el Parlamento iraquí, como pasos que "iniciarán el proceso para enviar un mensaje de que los líderes (iraquíes) están empezando a trabajar juntos", algo que, a su juicio, creará un ambiente propicio para frenar la violencia.
Gates, quien hizo estas declaraciones desde Israel antes de partir hacia Bagdad, insistió en la "importancia" de "llevar a cabo todo esfuerzo para conseguir esto lo antes posible", y aludió al atentado de la semana pasada en una cafetería del Parlamento de Bagdad, en la fortificada Zona Verde de la capital, por el pánico y nerviosismo que cundió entre la población.
El secretario de Defensa se desplazó en helicóptero a Falluya para reunirse con el general estadounidense al frente de las tropas del país en Irak, David Petraeus, así como con el jefe de Estado Mayor del Ejército norteamericano, el general Peter Pace. Además, tiene previsto reunirse con los dirigentes políticos iraquíes.
Respecto al calendario de retirada de las tropas estadounidenses de Irak, que los demócratas quieren ligar a la financiación de las campañas bélicas en el exterior, principalmente las de Irak y Afganistán, Gates aseguró no tener conocimiento sobre una fecha límite para que el Pentágono reciba los fondos extraordinarios necesarios para poder mantener la misión en Irak.