Irak.- El Gobierno iraquí baraja pedir la amnistía para los presos no peligrosos

Actualizado: domingo, 28 octubre 2007 13:42

BAGDAD, 28 Oct. (EP/AP) -

Uno de los vicepresidentes iraquíes, el suní Tareq al Hashemi, ha pedido al presidente del país, Jalal Talabani, que presione para que el Parlamento apruebe una amnistía de los presos que no son lo que calificó como "elementos peligrosos" que se volverían a adherir a la insurgencia, según informó hoy la oficina del propio Al Hasehmi.

Esta petición está dirigida tanto a Talabani --un kurdo-- como a Adil Abdul-Mahdi --chií--, el otro vicepresidente del país, y supone la última iniciativa de una importante campaña liderada por Al Hashemi para conseguir la liberación de miles de personas que se encuentran en campos sin que se haya presentado acusación alguna contra ellos.

Al Hashemi sugiere en su propuesta que la ley de amnistía comprenda "regulaciones adecuadas que garanticen que no sea liberado ningún elemento peligroso que pueda reanudar las actividades subversivas".

En su comunicado, el vicepresidente suní denuncia también el trato vejatorio sufrido por muchos detenidos y destaca los continuos retrasos en la investigación de sus causas. Apelando a Talabani, Al Hashemi asegura que esta amnistía proporcionará a los detenidos "y a los convictos que han sido engañados" la oportunidad de regresar a la sociedad civil.

"Vuestras recomendaciones, cuando se produzcan, encontrarán eco entre todos los iraquíes, en las familias de los detenidos y, particularmente, de los condenados", indicó.

Esta mención tan directa a Talabani podría suponer que Al Hashemi habría desistido al fin de que sus peticiones sean atendidas por el primer ministro del país, el chií Nuri al Maliki, pero, en cualquier caso, es toda una incógnita la postura que podría adoptar el fragmentado Parlamento iraquí ante una eventual ley de amnistía.

Casi el 90 por ciento de los 25.000 iraquíes presos en instalaciones estadounidenses se cree que pertenecen a la minoría suní, dato esgrimido por los suníes para acusar a los chiíes que ahora dominan el Gobierno de discriminación.

La nueva propuesta de Al Hashemi provocará casi sin duda una nueva polémica con Al Maliki, con quien ya ha mantenido discusiones sobre diversas cuestiones.