BAGDAD, 17 Ene. (EP/AP) -
Al menos ocho personas murieron y varias decenas más resultaron heridas como consecuencia de la explosión de un coche bomba conducido por un suicida tras ser disparado por guardias iraquíes apostados en un puesto de control en las proximidades de una comisaría en Kirkuk, en el norte del país, según informó la Policía.
La explosión se produjo en el centro de la ciudad, 290 kilómetros al norte de Bagdad. Los guardias abrieron fuego contra el conductor cuando éste se aproximaba al puesto de control, abatiéndole antes de que llegara a la comisaría pero detonando los explosivos que llevaba consigo. La deflagración, según el brigada Sarhad Qadi, hizo que parte de la comisaría se viniera abajo y dejó daños en las tiendas cercanas.
Según este responsable policial, la explosión dejó al menos ocho muertos y 43 heridos. La mayoría de las víctimas, añadió, fueron provocadas por el hundimiento de la comisaría.
Por otra parte, una mujer murió y otras diez resultaron heridas en un ataque de mortero en una zona residencial en Iskandariya, 50 kilómetros al sur de Bagdad. Además, la Policía encontró el cuerpo de un agente con las manos y las piernas atadas dos días después de haber sido secuestrado en esta misma zona al sur de la capital.
Mientras, hombres armados dispararon contra dos hermanos, empleados de la construcción en Mahaweel, 60 kilómetros al sur de Bagdad, matando a uno de ellos e hiriendo al otro. En la capital, un civil murió en un tiroteo desde un coche, según la Policía. Asimismo, se encontraron cinco cuerpos no identificados.
Además, la Policía elevó el balance de muertos en los atentados de ayer en la Universidad de Al Mustansiriyah, en Bagdad, a 70 muertos y 133 heridos.
