TOKIO 20 Jun. (EP/AP) -
El Parlamento japonés aprobó hoy la ampliación en dos años de misión en Irak, en medio de numerosas críticas de la población por considerar que va en contra del espíritu pacifista de la Constitución nipona y por mantener a Japón como objetivo probable de ataques terroristas.
La decisión se refiere a la extensión del despliegue de fuerzas aerotransportadas en Irak a pesar de las protestas sobre la participación de Tokio en una guerra cada vez más impopular. Un tubo lugar en la Cámara Alta, Yuji Masaki, informó de que la aprobación se realizó en esta Cámara con la mayoría de votos de los miembros del Partido Demócrata, del primer ministro Shinzo Abe, y de sus compañeros de coalición, el partido Komei.
A finales de marzo, el Gabinete aprobó el alargamiento de la misión, que finalizaba el 31 de julio, pero el plan necesitaba el apoyo legislativo. La Cámara Baja, también dominada por la misma coalición, votó afirmativamente el mes pasado. El Gobierno ha argumentado que la misión es necesaria para ayudar a estabilizar Irak y prevenir la difusión del terrorismo.
Japón respaldó a Estados Unidos en Irak durante la invasión y proporcionando tropas no combatientes de 2004 a 2006 en el sur del país. El año pasado se extendieron las operaciones de la base de Kuwait a servir de puente aéreo para la ONU y para el personal de la coalición y de suministros hacia Bagdad.
Esta aprobación es un empuje para Abe, que pretende mejorar el perfil militar japonés en el mundo. El primer ministro ha intentado cambiar el rasgo pacifista de la Constitución nipona para permitir una mayor libertad militar que les permita unirse a misiones de paz y poder ir en ayuda cualquier aliado que sufra un ataque. La misión iraquí es parte de un pretendido cambio hacia una política exterior más enérgica.
Aun así, muchos japoneses opinan que las operaciones militares violan el espíritu de la constitución establecida tras la II Guerra Mundial que prohíbe el uso de la fuerza para resolver disputas internacionales. La población también critica cada vez más que el apoyo de Japón a Estados Unidos ha convertido al país en un objetivo terrorista.