DUBLÍN, 28 Jul. (Reuters/EP) -
Irlanda está planeando instaurar un sistema de vigilancia electrónica en sus fronteras, para evitar así tener que erigir muros y barreras físicas entre Irlanda del Norte y el resto de la isla cuando Reino Unido deje la Unión Europea, según ha informado el servicio de aduanas este jueves.
El inesperado resultado que tuvo el referéndum del pasado 23 de junio, en el que los británicos votaron a favor de dejar la Unión Europea, ha creado un problema bastante delicado para Irlanda, el único miembro de la UE que cuenta con fronteras terrestres con Reino Unido.
El Gobierno británico y el irlandés, muy cercanos pero con un pasado lleno de disputas nacionalistas, han declarado conjuntamente que no quieren volver a poner puestos fronterizos en Irlanda del Norte, una provincia británica en el norte de la isla de Irlanda.
Mientras que los británicos se han mostrado muy animados ante la perspectiva de establecer un nuevo tratado de comercio con la Unión Europea, las autoridades irlandesas están preocupadas por cómo les va a afectar el nuevo estatus del país vecino.
"Incluso si llegan a un acuerdo de libre comercio, necesitamos saber con exactitud qué productos serán intercambiados y qué pasará por nuestras fronteras", ha declarado el director general de Aduanas de Irlanda, Anthony Buckley, durante una rueda de prensa.
Los trabajadores del servicio de aduanas irlandés están barajando numerosas opciones para vigilar las fronteras sin llegar a construir una barrera física, como vigilar el tráfico con cámaras o crear un sistema electrónico de autorización previa para controlar las importaciones y las exportaciones.
"Este otoño comenzaremos a trabajar, y estimamos que tardaremos dos o tres años en finalizar todas las obras", ha añadido Buckley. Este tipo de sistemas fronterizos, que cuentan con menos controles que uno ordinario, ya funcionan en Noruega y Suiza, países en los que se inspira Irlanda a la hora de buscar nuevas tecnologías.
"Un camión deberá poder ir desde Cork a Belfast sin pararse", ha señalado Buckley, tras lo que ha añadido que tiene total confianza en que no será necesario establecer pasos fronterizos permanentes por asuntos aduaneros.
El embajador británico en Irlanda, Dominick Chilcott, ha declarado que tiene esperanza de que no sea necesario limitar el libre movimiento de personas entre Irlanda y Reino Unido, a pesar que ninguno de estos países forma parte del espacio Schengen, donde impera la libre circulación.