ROMA 18 Jul. (de la corresponsal de EUROPA PRESS, G. Moreno) -
El primer ministro de Italia, Silvio Berlusconi, proclamó hoy que su Gobierno ha logrado acabar con la emergencia de las basuras de Nápoles (sur de Italia). Sin embargo, serán necesarios tres años más para solucionar definitivamente el problema, admitió.
Berlusconi hizo estas declaraciones durante una conferencia en Roma, pocas horas antes de trasladarse a Nápoles, donde esta tarde presidirá el consejo de ministros semanal de su Gobierno.
"Hoy, en Nápoles estaré orgulloso de anunciar y de hacer constar que ya no hay basuras por las calles", proclamó. 'Il Cavaliere' recordó que durante la campaña electoral asumió el compromiso de terminar con esta "tragedia".
Hoy, "58 días después" de que el primer consejo de ministros de su Gobierno aprobara un paquete de medidas urgentes para afrontar la crisis, se puede decir que la emergencia, al menos en las calles de Nápoles, ha terminado, detalló.
Aun con todo, consideró que para resolver completamente y de manera definitiva el problema serán necesarios otros tres años, durante los que se construirán y pondrán en marcha las nuevas incineradoras de última generación que necesita la región de la Campania.
El premier italiano aseguró que lo que ha sucedido en esta zona es fruto de una "locura general" que tiene responsabilidades en "el mundo civil, político y criminal".
La solución de la crisis de las basuras de Nápoles se convirtió en uno de los principales compromisos que asumió Berlusconi cuando fue elegido primer ministro de Italia, el pasado mes de abril.
El empeoramiento de la situación en los meses anteriores había incrementado la falta de confianza de los ciudadanos en el ya frágil Gobierno de centro-izquierda que dirigía Romano Prodi. No obstante, el origen de este problema se remonta a quince años atrás, como consecuencia de la infiltración de la mafia en el negocio de la eliminación de residuos.
Esta circunstancia se suma a la peculiaridad de Nápoles y su provincia, que al ser una de las zonas con mayor densidad de población de Europa, suele producir una cantidad de desperdicios superior a la media.