ROMA, 9 Ene. (de la corresponsal de EUROPA PRESS, G. Moreno) -
La ciudad italiana de Nápoles vivió hoy una nueva noche de tensión, sobre todo en el barrio periférico de Pianura, donde algunos grupos de vecinos se oponen a la reapertura de un antiguo vertedero, aunque las protestas no alcanzaron los niveles de violencia registrados en los dos últimos días, que se saldaron con diversos heridos y un detenido.
Una noche más se repitieron la concentración de manifestantes en las calles, que además de bloquear el acceso al vertedero, lanzaron alguna que otra pedrada contra la Policía e incluso petardos y un artefacto casero contra la sede de los Bomberos.
Además, los vecinos volvieron a incendiar algunas de las montañas de despercicios que se han acumulado en los últimos días en las calles de la ciudad y su provincia, a pesar de los avisos emitidos por las autoridades sanitarias sobre los riesgos para la salud que conlleva esta práctica.
La situación de emergencia ha llegado a tal extremo que el mismo primer ministro de Italia, Romano Prodi, anunció ayer un plan concreto de acción y que, entre otras medidas, prevé la intervención del Ejército en casos de "extraordinaria necesidad y urgencia".
Además, el Gobierno nombró a un nuevo comisario extraordinario, el ex jefe de la Policía Gianni De Gennaro, quien dispondrá de 120 días para gestionar con éxito la crisis a través de la apertura de vertederos y centros especializados para la eliminación y reciclaje de las basuras.
Prodi también tiene previsto reunirse con los representantes de las distintas regiones y entes locales italianos para conseguir su colaboración voluntaria en la solución de la crisis de Nápoles, así como un mayor compromiso y responsabilidad en el proceso de eliminación de desperdicios.