CHARLOTTESVILLE (ESTADOS UNIDOS), 8 Dic. (Reuters/EP) -
El joven supremacista blanco que estrelló su coche contra un grupo de manifestantes que protestaban contra una marcha ultraderechista en la localidad estadounidense de Charlottesville, en el estado de Virginia, el año pasado, causando la muerte de uno de los manifestantes, ha sido declarado culpable este viernes de homicidio en primer grado y otros nueve cargos más.
El jurado ha deliberado durante unas siete horas antes de condenar a James Fields, de 21 años, por todos los cargos presentados contra él, a raíz del ataque contra el grupo de manifestantes que protestaban contra una concentración racista que la Policía ya había declarado ilegal y estaba intentando dispersar.
Fields, que ha declinado la posibilidad de defenderse a sí mismo a través de un testimonio, se enfrenta a la posibilidad de cumplir cadena perpetua. Los 12 miembros del jurado, en su mayoría de raza blanca --siete mujeres y cinco hombres-- volverán al tribunal el próximo lunes para comenzar con el proceso que determinará los años de condena del joven.
Los abogados encargados de la defensa en ningún momento han negado que Fields estuviera al volante del coche que lanzó a varias personas por los aires al estamparse contra una multitud el día 12 de agosto de 2017. El ataque causó la muerte de Heather Heyer, de 32 años, y dejó 19 heridos.
La Defensa de Fields ha optado por alegar que el joven se sintió amenazado e intimidado por la presencia de una multitud hostil a la marcha ultraderechista y actuó en defensa propia. Por su parte, la Fiscalía ha acusado al joven de actuar motivado por el odio, asegurando que acudió a la contramanifestación con la intención de dañar a los manifestantes.
El incidente con el coche de Fields puso punto final a un día lleno de tensiones y enfrentamientos entre cientos de supremacistas blancos y neonazis concentrados en Charlottesville para protestar contra la decisión de eliminar las estatuas de dos generales confederados.
La noche anterior, los manifestantes supremacistas blancos habían protagonizado una marcha con antorchas en el campus de la Universidad de Virginia, cantando eslóganes antisemitas.
