Campamento de refugiados de Dadaab, en Kenia
THOMAS MUKOYA/REUTERS
Actualizado: viernes, 20 mayo 2016 19:39

NAIROBI, 20 May. (Reuters/EP) -

El presidente de Kenia, Uhuru Kenyatta, ha dejado ver que todavía hay "espacio para el debate" acerca de su decisión de cerrar un campo de refugiados para ciudadanos somalíes, pero no ha prometido cambiar de opinión, según ha informado una delegación del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, la cual se ha opuesto a cualquier tipo de cierre forzado.

El Ejecutivo keniano comunicó la semana pasada que estaba ultimando un calendario para el cierre del campo de refugiados para ciudadanos somalíes situado en el área de Dadaab, por motivos de seguridad. Tanto Naciones Unidas como diversos donantes occidentales han instado a las autoridades de Kenia a que se replanteen su decisión y no repatríen de forma forzosa a las más de 350.000 personas alojadas en ese campo.

Una delegación diplomática del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, en su viaje de regreso de una visita a Somalia, ha mantenido conversaciones con Kenyatta acerca de Dadaab y otros muchos asuntos, como la misión africana que combate milicianos en Somalia y de la que Kenia forma parte.

El representante de Egipto en Naciones Unidas, Abdellattif Aboulatta, ha declarado que la delegación ha expresado su preocupación ante el plan de cierre del campo de refugiados de Dadaab. Aboulatta ha dicho en una rueda de prensa que no recibieron "ninguna promesa" durante las conversaciones, y que las autoridades kenianas les dieron a entender que la discusión seguía "abierta". En un comunicado, el presidente keniano ha confirmado que el tema del cierre de Dabaad fue "ampliamente debatido" sin dar otro tipo de detalles.

Kenia, que ha sufrido numerosos ataques de milicianos somalíes durante los últimos tres años, ya anunció el año pasado un plazo límite de tres meses para el cierre de Dadaab, pero nunca siguió adelante con la propuesta.

Somalia, Kenia y el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) firmaron un pacto en 2013 para la repatriación voluntaria de refugiados somalíes, algunos de los cuales habían vivido en Dadaab durante décadas. Desde Nairobi alegan que el proceso de implementación de dicha medida ha sido demasiado lento.

ACNUR anunció en enero su intención de repatriar a unas 50.000 personas en 2016, pero debido a las dificultades que está teniendo el Gobierno de Somalia, que aún se encuentra en conflicto con el grupo insurgente Al Shabaab, ha reconocido que puede que no llegue a cumplir objetivo para este año.

El campo de refugiados de Dadaab, que se extiende a lo largo del noreste de Kenia, ha disminuido mucho su número de refugiados, que llegó a alcanzar el medio millón de personas, ya que muchos están volviendo a sus hogares mientras Somalia parece recuperarse lentamente del conflicto.

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