TRÍPOLI, 27 May. (EP/AP) -
La portavoz de la agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA por sus siglas en inglés), Hoda al Turk, cifró hoy en 25.000 los refugiados palestinos que han huido del campo de Nahr al Bared, situado a las afueras de la ciudad portuaria de Trípoli, al norte de Líbano, donde residían unos 31.000 palestinos, pero advirtió de que el campo se ha convertido en una ratonera para los miles de civiles que todavía permanecen en él y de que las condiciones de vida se han visto fuertemente deterioradas.
El campo de refugiados amaneció hoy tranquilo después de que ayer se escucharan disparos esporádicos entre las tropas gubernamentales y milicianos de Al Fatá al Islam, a pesar de la vigencia de un alto el fuego entre las partes que dura ya cinco días.
La portavoz explicó que la mayoría de las 5.000 familias que han abandonado el campo de refugiados (en total unos 25.000 palestinos) desde que estallaron los enfrentamientos hace una semana se han refugiado en el vecino campo de Beddawi, mientras que otros permanecen en Trípoli y en pueblo vecinos.
A pesar del alto el fuego, el Ejecutivo libanés de Fuad Siniora ha prometido acabar con la milicia palestina, escindida de la milicia Al Fatá Intifada, con sede en Damasco, en el campo y para ello ha desplegado tropas adicionales rodeando el recinto, apoyados por carros de combate y artillería pesada. Por su parte, Al Fatá al Islam asegura contar con más de 500 milicianos, además de armas automáticas, morteros y lanzagranadas en el interior del campo.
En los primeros días de enfrentamientos se ha contabilizado la muerte de al menos 20 civiles y 30 soldados libaneses, mientras que el Ejército libanés cifra en 60 los milicianos de Al Fatá al Islam abatidos, cifra que la milicia reduce a 10. No obstante, el Ejército, según un acuerdo suscrito en 1969 con la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), no puede entrar en los campos de refugiados por lo que es difícil conocer a ciencia cierta el número de bajas.