TÚNEZ, 15 Ago. (Reuters/EP) -
El líder del partido islamista gobernante en Túnez, Rachid Ghannouchi, ha rechazado este jueves la petición de la oposición de crear un Gobierno tecnócrata y ha asegurado que la situación de Egipto debería fomentar el diálogo entre los diferentes partidos para resolver la crisis del país.
El presidente del Ennahda ha afirmado que podría aceptar la creación de un Gobierno de unidad nacional si todos los partidos políticos están representados en él, pero no un Gabinete tecnócrata, ya que según ha explicado, no sabría "gestionar la delicada situación del país". "El Gobierno necesita mucho tiempo para gestionar las cuestiones políticas y económicas", ha añadido.
Las declaraciones de Ghannouchi chocan con las de su 'número dos', Hamadi Jebali, quien este miércoles apoyó la decisión de formar un Gobierno tecnócrata para conducir al país a las próximas elecciones. Un día después de estas declaraciones, y después de que el Ejécito egipcio reprimiera a los seguidores del expresidente Mohamed Mursi --dejando al menos 525 muertos--, el líder de Ennahda ha advertido a la oposición de que no es momento para especular sobre un golpe militar.
"Los sucesos en Egipto podrían impulsarnos hacia el diálogo", ha dicho, haciendo referencia a la represión en los campamentos de protesta de El Cairo. "Eso ha sido un fallo para la democracia en Egipto", ha añadido Ghannouchi. "Aquéllos que quieren a otro Al Sisi en Túnez", ha afirmado haciendo referencia al líder del Ejército, el general Abdelfatá al Sisi, "no deberían continuar soñando con eso".
ERRORES DE ENNAHDA
El ministro de Asuntos Exteriores alemán, Guido Westerwelle, el primer alto cargo europeo que ha visitado Túnez desde que estalló la crisis hace tres semanas, también ha pedido diálogo y ha sostenido que Egipto es un ejemplo que no se debe seguir.
"Túnez no es Egipto", ha dicho después de una reunión con el primer ministro tunecino, Ali Larayedh. "Túnez está en el camino del cambio, y lo que pasa en Egipto no puede pasar en Túnez", ha añadido.
Westerwelle ha asegurado que la solución es posible a través del diálogo "si todos los partidos actúan ahora con la visión de futuro necesaria y cumplen con sus responsabilidades con el país".
Ghannouchi ha admitido que su Gobierno no ha alcanzado el éxito en cuanto a las mejoras de la economía, entre otros problemas. "Hemos cometido errores, pero eso no significa que merezcamos un golpe de Estado", ha añadido.
Al contrario que en Egipto, las Fuerzas Armadas tunecinas no tienen una gran participación en la economía y tradicionalmente, no intervienen en política. Algunos observadores esperan que el Ejército de Túnez tome alguna iniciativa para resolver la crisis actual.
Túnez, tradicionalmente uno de los países más seculares del mundo musulmán, se enfrenta a la crisis más profunda desde la revolución que acabó con el régimen del autócrata Zine el Abidine Ben Ali en enero de 2011. La Asamblea elegida para redactar la nueva Constitución en el periodo de un año todavía no ha acabado su trabajo y los yihadistas han incrementado sus ataques para desestabilizar al Gobierno.
Una decena de partidos de la oposición han formado el Frente de Salvación para demandar la renuncia del Gobierno de Ennhada después del asesinato del dirigente opositor Mohamed Brahmi en julio.
Mientras su 'número dos' ha hecho un llamamiento para convocar elecciones en un plazo de seis meses, Ghannouchi ha dicho que la Asamblea Constituyente debería primero acabar su trabajo. "La Asamblea Constituyente debería acabar primero la Constitución y entonces, proceder a convocar las elecciones", ha concluido.