DEPARTAMENTO DE POLICÍA DEL CAJÓN
SAN DIEGO 30 Sep. (Reuters/EP) -
La madre del afroamericano Alfred Olango, que murió esta semana a manos de la Policía de El Cajón, en San Diego, California, ha señalado que su hijo estaba sufriendo una fuerte crisis de ansiedad cuando la Policía llegó a la zona en la que se produjo el incidente y ha denunciado que los agentes deberían haberle ayudado en vez de abrir fuego contra él.
"Los ataques de ansiedad no son fáciles de afrontar. Él necesitaba ayuda, alguien que pudiera calmarlo y hacerse cargo de la situación. Para eso era la llamada a emergencias, no para que apareciera alguien que acabara con su vida", ha aseverado su madre, Pamela Benge, que ha aclarado que su hijo estaba atravesando una época muy dura debido a la reciente muerte de su mejor amigo.
Tan sólo dos minutos después de que las fuerzas de seguridad llegaran al lugar del incidente tras recibir varias llamadas de emergencia ante la presencia de un sujeto "mentalmente inestable", los agentes dispararon contra Olango por considerar que sostenía entre las manos un objeto peligroso, según han informado las autoridades.
La muerte de Olango ha reavivado las protestas en el país, donde varios grupos de activistas han exigido una investigación federal en el marco de las reiteradas muertes a manos de la Policía que se han estado produciendo durante las últimas semanas.
Según fuentes policiales, los 75 manifestantes que se reunieron el jueves en las inmediaciones del lugar donde se produjo el suceso detuvieron el tráfico, rompieron las ventanas de varios vehículos y lanzaron piedras y botellas.
La Policía utilizó sprays de pimienta para sofocar los disturbios y detuvo a dos personas por manifestarse de forma ilegal, según el comunicado oficial de las fuerzas de seguridad del distrito.
PUBLICACIÓN DE LA IMAGEN
Los abogados de la familia han criticado a las autoridades por publicar la imagen de Olango apuntando con el objeto que llevaba en las manos a uno de los policías, lo que puede dar una falsa impresión del fallecido.
"La imagen ha sido publicada por el departamento de Policía de El Cajón para frenar algunas de las acusaciones que se han estado extendiendo en relación con el incidente", ha explicado la portavoz de la Fiscalía del distrito, Tanya Sierra.
El abogado de la familia, Dan Gilleon, ha acusado a los agentes de dramatizar la situación y ha manifestado que los policías deberían haber intentado hablar con Olango sin acercarse a él para reducir la tensión del momento.
"Todos tenemos malos días. No creo que por tener otro color de piel haya que acabar con la vida de esa persona", ha aseverado Gilleon, que ha afirmado que el objeto que portaba Olango en el momento en que fue abatido era un cigarrillo electrónico.
Los agentes han asegurado que Olango ignoró las órdenes de dejar sus manos a la vista y fuera de sus bolsillos. Ambos policías han sido relegados a realizar labores administrativas hasta que la Fiscalía del Distrito de San Diego concluya la investigación.