MADRID 27 Ago. (EUROPA PRESS) -
La ONG Amnistía Internacional lanzó hoy una ciberacción en su página web para pedir el fin de la flagelación y otros castigos corporales en Malasia, donde más de 35.000 personas han recibido este castigo desde 2002.
El 20 de julio, el Tribunal Superior de la Ley Islámica del estado malasio de Pahang condenó a Kartika Sari Dewi Shukarno, de 32 años, a recibir seis golpes de vara por haber consumido alcohol. Kartika se ha convertido en la cara visible de decenas de miles de personas que han sufrido castigos de flagelación en Malasia en los últimos años, sin que se les haya prestado la misma atención.
Más de 35.000 personas han sido sometidas a esta cruel forma de castigo, según los archivos del departamento de prisiones del país, y desde que entrase en vigor en 2002 la reforma de la Ley de Inmigración, 47.914 inmigrantes han sido condenadas a ser flageladas desde entonces.
Ahora que el castigo por flagelación ha indignado a la comunidad internacional, ha llegado la hora de que el Gobierno malasio actúe de inmediato para abolir por completo esta práctica cruel, indicó la ONG en un comunicado.
La flagelación se emplea como castigo sobre todo para trabajadores y trabajadoras migrantes que han sido declarados culpables de entrar ilegalmente en el país. Amnistía Internacional teme que, además de trabajadores indocumentados, también estén expuestos a ser azotados con vara trabajadores documentados a quienes sus empleadores quiten el pasaporte, solicitantes asilo y personas refugiadas.
AI recordó asimismo que los azotes con vara son un castigo cruel, inhumano y degradante y están prohibidos por la legislación internacional de los Derechos humanos. Constituyen una práctica humillante, y causan tanto dolor que, según informes, la víctima llega a desmayarse, añadió.