MADRID, 16 Mar. (EUROPA PRESS) -
Al menos 130 personas han perdido la vida en Siria, el día en el que se cumplen dos años desde el inicio de las revueltas contra el presidente Bashar al Assad, fruto de los combates entre el Ejército sirio y las fuerzas rebeldes, según organizaciones activistas.
De acuerdo con el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, de entre los fallecidos, 46 son civiles y el resto son combatientes. En concreto, en esta nueva jornada de violencia, han muerto 40 rebeldes, 39 soldados y cuatro milicianos (tres del Frente al Nusra y uno de origen tunecino).
Los combates más mortíferos se han registrado en Damasco y los distritos aledaños a la capital. El saldo final, según el Observatorio, es de 24 civiles muertos, ocho rebeldes y siete soldados.
Asimismo, en Alepo, en el noroeste del país, han perecido catorce soldados, siete rebeldes y un civil, según esta organización radicada en Reino Unido. En la provincia aledaña, Homs, diez soldados han muerto, además de siete civiles y cuatro rebeldes.
Los Comités de Coordinación Locales (CCL), una organización activista con base en Siria, ha elevado el balance de este viernes a 144 "mártires", de los cuales, según detalla en su informe, doce eran niños y 22 fueron víctimas de torturas.
Los CCL coinciden con el Observatorio en que Damasco y las localidades de la provincia han sido el lugar donde más víctimas mortales se han producido, con un total de 29. Uno menos, 28, se han registrado en Daraa, en el sur del país y epicentro de los levantamientos contra el Gobierno de Al Assad.
En el resto de Siria, los CCL han contabilizado 18 muertos en Homs, 15 en Aleppo, doce en Hama (centro), nueve en Idlib (noroeste), dos en Deir Ezzor (noreste) y uno en Latakia (oeste).
Desde marzo de 2011 más de 70.000 personas han fallecido en Siria por la represión y los combates, de acuerdo con el balance realizado por Naciones Unidas. La violencia también ha desatado una ola de refugiados, que rebasa los 1.126.000 refugiados, y que principalmente se concentran en los campamentos ubicados en las fronteras de Jordania, Turquía y Líbano, según la Agencia de la ONU para los Refugiados.