BANGKOK, 6 May. (Reuters/EP) -
Al menos cinco personas han resultado heridas este martes tras la explosión de dos bombas en la localidad turística de Hat Yai, situada en el sur de Tailandia, en la provincia de Songkhla, en un ataque que la Policía ha relacionado con rebeldes islamistas.
La primera explosión se ha producido en el exterior de una tienda cercana a una escuela, mientras que la segunda ha tenido lugar pocos minutos después en las proximidades de una comisaría.
"Las explosiones se han registrado en un intervalo de siete minutos. Cinco personas han resultado heridas por la bomba que ha estallado en la tienda. Todos han sido trasladados al hospital. No se han registrado heridos por la segunda explosión", ha declarado el gobernador de la provincia de Songkhla, Krissada Boonrat. "Hemos bloqueado todas las carreteras importantes de la ciudad y estamos registrando a todas las personas que intentan entrar o salir", ha añadido.
Tailandia, un país en el que la mayoría de la población es budista, tiene varias provincias del sur con mayoría de ciudadanos musulmanes, especialmente las de Pattani, Yala y Narathiwat, en las que el rechazo al Gobierno de Bangkok resurgió de forma violenta en 2004.
La Policía ha señalado que la insurgencia islamista del sur del país es la principal sospechosa de haber cometido el ataque. Las tres provincias mayoritariamente musulmanas pueden aprobar un decreto de emergencia que otorga a los militares amplios poderes para investigar y arrestar a las personas implicadas en este tipo de ataques.
5.700 MUERTOS DESDE 2004
La ciudad de Hat Yai, a 75 kilómetros al sur de Bangkok, no está afectada por este decreto. La insurgencia islamista ha cometido varios atentados con coche bomba en la ciudad que han acabado con la vida de catorce personas y más de 300 heridos en 2012. Además, más de 5.700 personas han muerto a manos de milicianos islamistas desde enero de 2004.
Las negociaciones de paz con grupos rebeldes del último año no han conseguido poner fin a la violencia y parecen haberse estancado por los problemas del Gobierno a la hora de gestionar las protestas que pretenden derrocar a la primera ministra del país, Yingluck Shinawatra.