KATMANDÚ, 27 May. (EUROPA PRESS) -
En el remoto distrito de Accham, en el oeste de Nepal, años de emigración hacia India, donde los nepalíes son utilizados como mano de obra barata, han agravado la difícil situación que vive la población con un impacto cada vez mayor del virus del VIH, informa la agencia de la ONU, IRIN.
En la pobre localidad de Ridikot, a unos 800 kilómetros al noroeste de la capital, Katmandú, Rajan Biswakarma, de ocho años, muestra la fotografía de sus padres. Los dos murieron de enfermedades relacionadas con el sida el año pasado. "Ha sido muy difícil para él. No puedo soportar el dolor de haber perdido a mi único hijo", afirmó Prasa, el desconsolado abuelo de Biswakarma, de 67 años. Prasa tiene que trabajar muy duro para alimentar y pagar la educación de sus tres nientos.
Según los datos del Foro Gangotri para el Desarrollo Rural (GRDF), una ONG local que apoya a los seropositivos, el número de huérfanos y menores vulnerables se incrementa a ritmo constante en este distrito, el centro de una epidemia localizada en un país que, de otro modo, tendría tendría una prevalencia baja.
En Kakadset, una localidad vecina, hay casi una veintena de huérfanos que perdieron a sus padres por enfermedades relacionadas con el sida y apenas unos pocos kilómetros más lejos, el Comité de Desarrollo de la Aldea de Payal acoge a más de 115 huérfanos en circunstancias similares.
"Es una tragedia terrible que los niños que sufren en la pobreza extrema y pierden a sus padres carezcan de apoyos", dijo la activista anti-sida Rupa Auji, del GRDF. Añadió que algunos de los huérfanos y viudas fueron acogidos por familiares que tenían suficientes recursos económicos o granjas, mientras que otros muchos se vieron obligados a migrar a otras localidades para trabajar como criados, porteros o jornaleros del campo.
"La muerte parece una idea mejor que intentar sobrevivir en esta miseria", afirmó, Mansara Bhul, una viuda seropositiva de 33 años. Hace unos meses, Mansara se roció a sí misma y a sus tres hijos con queroseno con la intención de suicidarse, pero un vecino pudo detenerla cuando estaba a punto de prenderse fuego. Los intentos de suicidio se están convirtiendo en algo habitual entre los aldeanos, según las ONG.
Bhul fue expulsada de su casa por sus familiares cuando su marido falleció con sida y ahora recibe ayuda económica del GRDF y de la agencia internacional Save the Children.
Ante la falta de esperanza de obtener ayuda alguna del Gobierno, las viudas seropositivas han formado el Grupo de Mujeres Viudas (GMV) con el apoyo de organizaciones como Voluntarios Sociales contra el Sida (SOOVAA) o el GRDF. Ya existen unos veinte GMV que agrupan a casi 200 viudas. "Aunque no tenemos esperanza de vivir mucho, queremos trabajar juntas para generar ingresos", afirmó Kokila Bista, de 32 años.
EL SUEÑO DE BOMBAY
Los hombres, sin embargo, emigraban tradicionalmente, durante décadas, a Bombay, la capital económica de India, para trabajar como porteros o guardias. Ahora es cada vez más habitual que estos emigrantes regresen a sus poblaciones de origen infectados con el virus del sida en los burdeles nepalíes de Bombay.
El nivel de migración es asombroso. SOVAA asegura que todos los maridos de casi la mitad de los 75 GMV de Accham, una localidad de 250.000 habitantes, se encuentran en Bombay. "Se van con sueños de riqueza pero vuelven infectados con el sida, lo que sólo logra empobrecer aún más a sus familias", afirmó Netra BK, una residente de Accham de 17 años. Tanto su hermano como su padre trabajan en Bombay, una ciudad que genera por sí sola el 40 por ciento del comercio exterior indio.
Los trabajadores sanitarios están muy precupados por la alta tasa de infectados por el virus del sida en Accham, una proporción alarmante a pesar de los esfuerzos de las voluntarias que intentan desesperadamente llegar a todos los rincones del remoto distrito para advertir y apoyar a la población infectada.
Entre 2005 y 2006, casi el 20 por ciento de las 500 pruebas realizadas por el centro de pruebas voluntarias y asesoramiento de Accham dieron positivas, según la Asociación Himalaya Contra STI y el sida (HAASA), una ONG local que dirige este centro.
A pesar de estas cifras, el distrito no dispone "de un solo centro de salud u hospital con instalaciones para tratamientos antirretrovirales", afirmó Krishna Rawal, de HAASA.
"Existen cien personas con sida que vienen a vernos cada semana para pedirnos ayuda y recibir tratamiento antirretroviral, pero no podemos hacer nada salvo enviarles a los hospitales de las ciudades", explicó Rawal.
Los cálculos aproximados de las ONG locales apuntan a que casi 500 personas fallecieron en los últimos años sin que sus muertes fueran contabilizadas oficialmente. Sus familiares incineran los cuerpos de los enfermos de sida, según el GRDF.
La tasa de impacto del sida en Nepal está situada en el 0,5 por ciento, según cifras oficiales, pero ONUSIDA, la agencia de la ONU para el sida, advierte de que la situación está cambiando con rapidez y que existe riesgo de epidemia en dos grupos de riesgo: los usuarios de drogas intravenosas y los trabajadores sexuales.