KATMANDU, 12 Jun. (EP/AP) -
Los antiguos rebeldes maoistas en Nepal han acordado permitir que observadores de la ONU vuelvan al desarme y disolución de cientos de luchadores confinados en campos como parte de un acuerdo de paz.
Ian Martin, responsable de las Naciones Unidas en Nepal, indicó que los observadores empezarían la segunda fase del proceso analizando la información sobre los combatientes registrados en los campamentos.
Según Martin deberán verificar si de las 31,000 personas que se encuentran en siete campamentos principales y 21 satélites son mayores de 18 años y han sido alguna vez combatientes.
Los ex guerrilleros maoistas han sido acusados de usar menores de edad como combatientes y de reclutar cientos de no combatientes tras el comienzo del proceso de paz para reforzar su rango y aumentar su fuerza negociadora. Durante el conflicto, mas de 13.000 personas fueron asesinadas.
La primera fase del desarme de las guerrillas comenzó a principios de año pero se paralizó cuando los maoistas demandaron al Gobierno la mejora de las condiciones de vida en los campamentos y dinero para sus antiguos combatientes. El Gobierno accedió este mes a proporcionar mensualmente 3.000 rupias nepalesas (unos 34 euros) a cientos de antiguos guerrilleros.
Los campamentos donde se establecieron a principios 2007 son parte del proceso de paz. Allí los rebeldes abandonaron su revuelta armada que duraba ya una década y se unieron al Parlamento y al Gobierno tras la firma de un acuerdo de paz el año pasado.
Los ex rebeldes deben permanecer en los campamentos hasta que se celebren las elecciones para una asamblea especial a finales de año que debatirá su futuro y la dirección de la política nacional nepalí.
