EEUU exige un plan que permita que la minoría musulmana rohingya acceda a la ciudadanía
NAIPYIDÓ, 13 Nov. (Reuters/EP) -
El presidente estadounidense, Barack Obama, se ha mostrado este jueves optimista con respecto a los cambios políticos que se están desarrollando en Birmania, aunque ha recordado que todavía queda mucho trabajo y reformas por hacer.
Hace cuatro años un Gobierno semicivil asumió el poder iniciando una ola de cambios liberales tras casi medio siglo de régimen militar. Pero el ritmo en los cambios se ha estancado, por lo que Obama ha asegurado que se estaban produciendo "retrocesos" en algunas reformas.
"Estoy seguro de que habrá un nuevo amanecer para Birmania", ha dicho el presidente de Estados Unidos tras reunirse con representantes políticos en la capital del país, Naipyidó. "El trabajo no ha terminado aquí. Los asuntos sustanciales están todavía en manos de los militares que se encargan de una transición hacia la democracia. Esto es uno de los puntos claves que tienen que ser tratados", ha destacado.
Los militares tienen el 25 por ciento de los escaños en el Parlamento, una cantidad que le otorga el poder de veto sobre las enmiendas constitucionales.
REFORMA CONSTITUCIONAL
Obama no ha aclarado si en la reunión se ha hablado sobre una posible reforma de la Constitución. Entre los miembros del grupo estaba la líder de la oposición y premio Nobel, Aung San Suu Kyi, que no puede ser elegida como presidente del país en virtud de la Constitución vigente. Obama se reunirá con Suu Kyi de nuevo el viernes.
"Ha sido una excelente discusión sobre la transición que se está dando en Birmania y como va a consolidar algunos de los logros que se han conseguido", ha reconocido el presidente de Estados Unidos. "Pero también hay que empujar aún más a instituir una verdadera democracia en este país, que pueden servir a las necesidades de todos sus habitantes", ha añadido.
MINORÍAS ÉTNICAS
Cómo proteger los derechos de las minorías fue otro de los temas claves que se han tratado en la reunión. La minoría musulmana rohingya se enfrenta a una crisis humanitaria en el estado de Rajine, por lo que Estados Unidos ha exigido a Birmania que se cree un nuevo plan que les permita obtener la ciudadanía.
La mayor parte de los 1,1 millones de musulmanes rohingya de Birmania son apátridas y viven en condiciones de apartheid como en el estado de Rajine, en la costa oeste del país. Casi 140.000 se convirtieron en desplazados tras los enfrentamientos con los budistas de Rajine en 2012.
Hasta la fecha, los musulmanes que no se identifiquen son enviados a campamentos temporales, un hecho que vulnera los Derechos Humanos y desafía los esfuerzos de reformas del país.