La ONU advierte de que la violencia en Libia puede desestabilizar a los países vecinos

DAKAR 15 Dic. (Reuters/EP) -

La enviada especial de la ONU a la región de Sahel, Hiroute Gebre Selassie, ha dicho este lunes que las negociaciones para resolver la crisis en Libia se han estancado y ha advertido de que varios países de la zona podrían desestabilizarse a menos que finalice la violencia.

"En Libia, el proceso político está paralizado y los enfrentamientos entre las distintas facciones continúan", ha afirmado Selassie en un foro sobre seguridad en Dakar. "Si la crisis en Libia no se resuelve rápidamente, entonces numerosos países de la región se verán desestabilizados", ha añadido.

"Debemos actuar rápidamente", ha exigido. "No digo que no haya acción internacional, sino que debe haber más esfuerzos", ha asegurado. Según ha dicho, las diferentes posiciones de los actores de la región del Sahel dificultan que las fuerzas de la operación militar francesa 'Barkhane' y la ONU hayan iniciado las negociaciones para restablecer la paz en Libia.

"Lo que está estancado es la situación de hambruna, para la que se necesita más ayuda", ha dicho Selassie. Ha señalado además que existe una gran preocupación por los campos de entrenamiento del Estado Islámico situados en Libia.

"Hay grupos que han jurado lealtad al Estado Islámico y la situación en Libia ha sentado las bases para que esos grupos se expandan", ha dicho Selassie. El ministro de Defensa de Francia, Jean-Yves Le Drian, ha afirmado que los milicianos han conseguido reagruparse en el sur de Libia y armarse con explosivos.

Una operación militar dirigida por Francia destruyó en enero de 2013 una célula relacionada con al Qaeda en el norte de Malí, pero no puso fin a los ataques islamistas contra las tropas de la ONU y las de Malí. "Con este espacio tan amplio y las fronteras descontroladas, no siempre es posible frenar todos los movimientos", ha dicho Selassie.

Libia cuenta con dos gobiernos que compiten por el poder desde que el grupo Amanecer de Libia tomó la capital, Trípoli, en agosto y forzó al presidente reconocido internacionalmente, Abdulá al Thinni, a huir a la ciudad de Toburk.