NUEVA YORK, 14 Ene. (EUROPA PRESS) -
Al menos 34 miembros de Naciones Unidas, entre ellos un periodista de una radio congolesa, un profesor de Gaza, siete conductores de camiones de ayuda humanitaria en Sudán y Somalia y diez fuerzas de la paz de Darfur murieron el año pasado en diferentes ataques y ofensivas.
A pesar de que la cifra de muertos disminuyó ligeramente respecto al año anterior, "2008 fue otro año duro para el personal de Naciones Unidas alrededor de todo el mundo", señaló en un comunicado el presidente de la Unión a Escala Nacional del Personal del Grupo (NGSU, por sus siglas en inglés), Stephen Kisambira.
"La Unión está muy preocupada por los asesinatos de muchos trabajadores que cada vez en más ocasiones sustituyen al personal de la ONU en muchas áreas peligrosas del mundo". En ese sentido, Kisambira apeló a los estados miembro a que garanticen las condiciones mínimas de seguridad necesarias para que Naciones Unidas pueda llevar a cabo su trabajo", añadió en declaraciones al centro de noticias de la ONU recogidas por Europa Press.
Uno de los incidentes más graves ocurrió cuando unos 200 atacantes tendieron una emboscada a una patrulla de militares y a un grupo de policías entre las áreas de Gusa Jamat y Wadah, en Darfur del Norte, el pasado 8 de julio, que se saldó con la muerte de siete soldados de las fuerzas de paz y un balance de 22 heridos miembros de la Operación Híbrida de la Unión Africana y Naciones Unidas en Darfur (UNAMID).
Asimismo, el 29 de octubre un asesor de seguridad y un conductor de la Oficina de Servicios para Proyectos de Naciones Unidas fallecieron como consecuencia de la explosión de un coche bomba en el norte de Somalia, donde además seis miembros de la ONU resultaron heridos, dos de ellos de gravedad.
Además de las acciones terrestres, Kisambira recordó los ataques aéreos que provocaron la muerte de siete miembros de la organización en un enfrentamiento en el este de Nepal en marzo. Otros siete más perdieron la vida cuando su avión, que transportaba ayuda humanitaria, se estrelló en el este de República Democrática del Congo (RDC).
