JERUSALÉN, 14 Jun. (EUROPA PRESS) -
El negociador jefe de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Saeb Erekat, manifestó su rechazo al discurso programático pronunciado hoy Benjamín Netanyahu, y destacó que dejó cada una de las cuestiones clave sobre el estatus final fuera de la negociación, lo que en la práctica supone la imposición de condiciones previas, la defensa de una solución unilateral.
"Benjamín Netanyahu habló de negociar, pero nos deja sin nada que negociar (...). No acepta un estado palestino, sino que anunció una serie de condiciones que hacen imposible un estado palestino", afirmó Erekat.
El responsable palestino aseguró que Netanyahu "culpa a los palestinos de su propia ocupación, y luego impuso una serie de precondiciones para las negociaciones que demandan que los palestinos renuncien a sus derechos inalienables así como que renuncien a sus aspiraciones nacionales de un estado palestino viable y soberano".
"No se sumó a la Iniciativa de Paz Árabe, ni a su promesa de paz regional. De esa forma, su llamamiento a reunirse con lideres árabes fue poco inteligente", dijo. "Tampoco planteó un escenario para las negociaciones: no acepta la solución de los dos estados, no anunció la paralización total de los asentamientos, incluido su crecimiento natural, ni tampoco anunció el levantamiento de las restricciones al movimiento de los palestinos, incluido el bloqueo de Gaza", argumentó.
Erekat también apeló a los acuerdos previos firmados por la OLP e Israel. "Este discurso esta muy lejos de todos y cada uno de los puntos requeridos a Israel en concordancia con el derecho internacional y los acuerdos existentes, incluida la Hoja de Ruta".
"Netanyahu ha demostrado que carece incluso de la mas básica comprensión del conflicto palestino-israelí. La lucha palestina por su estado se basada en la negación de nuestros derechos fundamentales y nuestra libertad bajo la ocupación, así como la gran injusticia histórica de 1948", concluyó Erekat en una referencia expresa a lo que Netanyahu consideró la "raíz del conflicto": la negativa de los árabes y los israelíes a reconocer el carácter intrínsecamente judío del Estado de Israel.
