El Gobierno de Olmert anuncia la construcción de un campamento para refugiados sudaneses a pesar de la deportación de 48 la semana pasada JERUSALÉN, 29 Ago. (EUROPA PRESS) -
El Gobierno israelí está considerando la construcción de una valla en la frontera con Egipto y en cooperación con este país para prevenir la entrada de terroristas, contrabandistas y solicitantes de asilo, según anunció hoy Raanan Dinur, director general de la oficina del primer ministro, Ehud Olmert, ante la Comisión de Trabajadores Extranjeros de la Knesset (Parlamento).
Según fuentes gubernamentales, el viceprimer ministro, Haim Ramon, ha transmitido esta idea al jefe de los servicios de inteligencia egipcios, Omar Suleiman, en El Cairo hace algunas semanas. Tras la visita de Ramon, Olmert está considerando iniciar negociaciones oficiales con Egipto sobre la valla, aunque el país africano todavía no ha dado una respuesta.
La construcción de la valla costaría a Israel entre 2.500 y 3.000 millones de nuevos shékels (entre 445 y 534 millones de euros), ya que las autoridades israelíes afirman que es poco probable que Egipto acceda al levantamiento de la valla, según informa el diario 'Haaretz'.
Durante la reunión de la Comisión de Trabajadores Extranjeros, Dinur también informó de que Israel acogerá a unos 500 refugiados procedentes de la región sudanesa de Darfur que entraron en el país a través de Egipto durante los dos últimos años, y que Olmert presentará una propuesta sobre esta cuestión al Parlamento a mediados de septiembre.
El presidente de la Comisión, Ran Cohen, había convocado esta sesión ante las quejas por la deportación a Egipto de 48 civiles africanos, la mayoría procedentes de Darfur, la semana pasada. "Es inconcebible que a una persona perseguida no se le permita presentar una petición de asilo. Esto contraviene la moralidad y el derecho internacional", transmitió Cohen a Dinur.
"CUMPLIR" LA LEY
En este sentido, el viceprimer ministro respondió que la expulsión de los 48 africanos no fue una deportación, sino más bien el "cumplimiento" de la Ley de Entrada en Israel y que no todos los que cruzan la frontera son perseguidos.
Dinur explicó a la Comisión que el Gobierno destinará 18 millones de shékels (3,2 millones de euros) a la construcción de un campamento en la localidad de Ketziot, en el sur del país, para refugiados africanos, para cuyo funcionamiento se trasladarán 44 millones de shékels (7,8 millones de euros).
Aunque Cohen vio con buenos ojos esta decisión para acoger a los 500 refugiados, remarcó que el Estado podría recibir a 1.000, de manera que Dinur dejó abierta la posibilidad de que el número pueda incrementarse.
Actualmente hay unos pocos cientos de refugiados en Israel que huyeron del genocidio en Darfur. Muchos de ellos son familias con niños pequeños. El representante del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), Miki Bavli, denunció ante la Comisión que los refugiados que Tel Aviv deportó la semana pasada fueron arrestados por las autoridades egipcias y que un miembro de Naciones Unidas en El Cairo está en contacto con ellos.
Seis organizaciones de Derechos Humanos en Israel han denunciado ante el Tribunal Supremo la deportación de los 48 refugiados y los intentos, según aseguran, por deportar a más. Además, han exigido que los africanos puedan acceder a su derecho de solicitar asilo y que cualquier persona sea escuchada antes de que se emita una orden de deportación.
