JERUSALÉN 4 Ago. (EUROPA PRESS) -
Un joven palestino de 18 años murió esta mañana en un hospital de Ramala (Cisjordania) a causa de las graves heridas sufridas al ser disparado la semana pasada por un policía fronterizo israelí en la localidad cisjordana de Naalin.
Ahmed Amira fue disparado por las fuerzas de la Guardia Fronteriza durante los enfrentamientos de la semana pasada en Naalin y en los últimos días se encontraba en un estado de muerte cerebral, según informó el diario israelí 'Yedioth Ahronoth'. Un día antes de este incidente, el miércoles pasado, había muerto un niño de once años en la misma localidad también a manos de un policía de la Guardia Fronteriza.
Tras la celebración del funeral del pequeño, Ahmed Yusef Mussa, surgieron violentos enfrentamientos entre los vecinos de la zona y los soldados y policías fronterizos israelíes en una zona de Naalin donde se está construyendo una valla de separación.
Varios palestinos resultaron heridos por balas de metal recubiertas de goma, pero Amira recibió un disparo en la cabeza que le dejó herido de gravedad, por lo que fue trasladado de urgencia a un hospital de Ramala.
Tras conocer la noticia de su muerte, la Guardia Fronteriza dijo en un comunicado que cuando se presente una demanda estudiará los hechos. Una investigación inicial ha revelado que un grupo de palestinos, activistas de izquierda y activistas pacifistas extranjeros iniciaron los disturbios y que algunos incluso lanzaron piedras.
La Guardia Fronteriza explicó que sus policías respondieron a la agresión con "medios para dispersar a la multitud", como el disparo de "balas de goma". Después del incidente, en el que resultaron heridos tres guardias fronterizos, el Ejército israelí había destacado que los alborotadores que tiraron piedras pusieron en peligro sus vidas y las de quienes pasaban por la carretera.
Ahed Hawaja, miembro del Comité Popular Contra la Valla, declaró al 'Yedioth Ahronoth' que "el acto de disparar contra un manifestante maniatado y la brutalidad que las Fuerzas de Defensa Israelíes están usando para eliminar las manifestaciones persiguen transmitir a los vecinos de la localidad que deben poner fin a su protesta".
Sin embargo, aseguró que los palestinos seguirán manifestándose porque no tienen "nada que perder". "Un agricultor que tenía 250 dunams (24,6 hectáreas) de tierra y al que ahora no le va a quedar nada no tiene nada que perder", añadió.
Una investigación inicial realizada conjuntamente por el Ejército y la Guardia Fronteriza israelíes sobre la muerte del niño de once años ha hecho sospechar que uno de los guardias disparó una bala real, y no de goma, contra el menor. El guardia se encuentra bajo arresto domiciliario y no podrá volver a su trabajo hasta que finalice la investigación.