BRUSELAS, 10 Oct. (EUROPA PRESS) -
Los ministros de Defensa de la OTAN y el resto de socios que contribuyen a la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF) en Afganistán han aprobado la directiva de inicio de la planificación de la nueva misión de entrenamiento, asesoramiento y asistencia a las fuerzas de seguridad afganas, que los aliados y Kabul acordaron mantener sobre el terreno a partir de 2015, tras el fin de la actual misión de combate a finales de 2014.
El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, ha confirmado en rueda de prensa que los miembros de la ISAF han "concluido la primera fase de la planificación" de la nueva misión, que "guiará" a los mandos militares aliados. A partir de 2015 ya no será "una misión de combate", sino que estará centrada en "el entrenamiento, el asesoramiento y la asistencia" y debe contribuir a "garantizar que Afganistán no vuelve a ser un santuario para terroristas".
Rasmussen ha dejado claro que "la configuración exacta y el tamaño" de la nueva misión de entrenamiento todavía están pendientes de decidir, aunque ha explicado que espera que el plan esté detallado y acordado "a principios del año que viene" y que se completará "mucho antes" de que termine 2013 para garantizar la transición entre las misiones.
Aunque fuentes militares han apuntado que la nueva misión podría contar con entre 10.000 y 20.000 efectivos, Rasmussen ha insistido en que no se ha decidido todavía y que, en todo caso, tanto la configuración como el tamaño de la misión dependerán "mucho" de la situación de seguridad sobre el terreno.
La nueva directiva constituye el "marco político" que dará directrices a los mandos militares de la OTAN para avanzar en los detalles de la planificación, para lo que deberán elaborar un concepto de operaciones, previsto para febrero, y el plan operativo para la misión, que llegará más adelante.
El número de instructores que harán falta, el tipo de personal y el presupuesto con el que contará la nueva misión, así como su base jurídica y el tipo de distribución geográfica, todavía no se han acordado, según fuentes diplomáticas.
Los aliados, como deja claro la directiva, ya han acordado que la nueva misión ya no será de combate y que la protección de los instructores no se dejará en manos de las fuerzas afganas, según fuentes diplomáticas, que explican que cada país decidirá a nivel bilateral si quiere dejar fuerzas especiales, algo que defendían sobre todo Estados Unidos, Reino Unido y Australia. "En la operación de la OTAN no hay fuerzas especiales", aseguran.
Rasmussen ya ha avanzado que seis países socios que actualmente participan en la misión en Afganistán están dispuestos a contribuir a la nueva misión. Se trata de Australia, Nueva Zelanda, Ucrania, Georgia, Finlandia y Suecia, según las fuentes, que admiten que ninguno de los aliados ha decidido todavía el número de efectivos que aportará.