Archivo - El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg. - -/NATO/dpa - Archivo
Ankara ha vetado la apertura de negociaciones con Estocolmo y Helsinki alegando vínculos con el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), un contratiempo que trastoca los planes de la OTAN para una adhesión 'exprés'.
"Hablé el sábado con el presidente turco Erdogan y tenemos que hacer lo que hacemos siempre en la OTAN, que es sentarnos y abordar las preocupaciones", ha indicado, al ser preguntado por el bloqueo turco.
"Tengo confianza en que podamos ahora, encontrar una forma de resolver estos temas y podamos dar la bienvenida a Suecia y Finlandia como miembros de pleno derecho", ha argumentado el jefe político de la OTAN, quien ha insistido en que la entrada de estos dos nuevos miembros reforzará a la alianza y mejorará la seguridad en la región del báltico.
Así, Stoltenberg ha reiterado que la Alianza Atlántica está lista para atender las garantías de seguridad que demandan los dos países escandinavos sobre el periodo de interinidad hasta que se oficialmente miembros de la OTAN y rija la cláusula de defensa mutua.
En este sentido, ha dicho que la Alianza Atlántica está "vigilante" en la región del mar Báltico y los aliados ya han incrementando su presencia en la zona y realizan ejercicios en la zona.
Estas declaraciones han llegado poco después de conocerse que los gobiernos de Finlandia y Suecia enviarán sendas delegaciones a Turquía con la esperanza de limar aspereza tras las "preocupaciones" expresadas públicamente por Erdogan y que lastran el potencial acceso a la OTAN de los dos países nórdicos.
CONSECUENCIAS DE LAS DECISIONES ECONÓMICAS
El secretario general de la OTAN ha aprovechado su presencia en el foro económico para insistir en que las "decisiones económicas tienen consecuencias en la seguridad", una de las lecciones que ha pedido extraer del conflicto en Ucrania.
"La libertad es más importante que el libre comercio. La protección de nuestros valores es más importante que el beneficio", ha asegurado en Davos.
En medio del clima de sanciones sin precedentes contra Moscú, Stoltenberg ha avisado de las consecuencias de tener relaciones con regímenes autoritarios y que no cabe "comerciar con las necesidades de seguridad a largo plazo por intereses económicos a corto plazo".