MÉXICO D.F, 10 Dic. (EUROPA PRESS) -
Los cadáveres de siete jóvenes que habrían sido torturados y asesinados a balazos fueron localizados este miércoles en una autopista del estado mexicano de Chihuahua, en el norte del país, según informaron fuentes oficiales.
Los cuerpos, que presentaban decenas de impactos de bala y signos de tortura, aparecieron en la carretera que comunica la ciudad de Chihuahua con la localidad de Parral. Según las primeras investigaciones citadas por el diario 'El Universal', los fallecidos formaban parte de un grupo de ocho jóvenes secuestrado el pasado domingo en un bar. Uno de los rehenes ya había aparecido decapitado este martes.
La Procuraduría de Justicia del Estado no ofreció en las primeras horas ninguna versión sobre lo ocurrido ni aporto detalles acerca de las investigaciones. Parral se convierte en escenario habitual de enfrentamientos violentos al servir de paso a la ruta del narcotráfico, lo que provoca enfrentamientos recurrentes entre los cárteles de Sinaloa y Juárez.
LA POLICÍA ENCUENTRA CUATRO CADÁVERES DESMEMBRADOS FRENTE A LA PUERTA DE UN INSTITUTO DE LA CAPITAL
Las autoridades policiales de la capital mexicana encontraron este jueves los cuerpos desmembrados de cuatro individuos, que aún no han sido identificados, frente al instituto Raymundo Abarca. La Policía atribuye la autoría de los hechos a los cárteles que operan en la zona, pese a que aún se desconoce la autoría exacta de estos crímenes.
Los cuerpos de las víctimas fueron encontrados a primera hora de esta tarde dentro de unas bolsas negras de basura, aunque sus miembros estaban esparcidos en un radio de diez metros, algunos situados en la entrada al instituto.
Junto a los cadáveres la Policía encontró una nota dirigida al cártel de La Familia Michoacana que decía: "Manden a gente más capacitada. Sinaloenses y michoacanos vengan a recoger su puta basura, atentamente el jefe de jefes".
Esta no es la primera vez que la capital es escenario de este tipo de crímenes. El 20 de diciembre de 2008 fueron decapitados ocho militares y un civil cuyas cabezas fueron tiradas en lugares distintos a sus cuerpos.
El Gobierno atribuye a los cárteles más de 14.000 homicidios desde diciembre de 2006, cuando el presidente mexicano, Felipe Calderón, inició un despliegue militar de casi 50.000 efectivos en varios estados, incluido Guerrero, para luchar contra el crimen organizado y el narcotráfico.