"Parece que estuviéramos en guerra, no hay nada en las estanterías de las tiendas"

Actualizado: viernes, 11 marzo 2011 20:09


MADRID, 11 Mar. (EUROPA PRESS) -

Leonardo Carrascosa, un estudiante español de japonés que reside en Tokio desde septiembre, ha vivido "alrededor de ocho terremotos", pero "ninguno como éste", que ha sido "muy largo" y "de más intensidad". "Parece que estuviéramos en guerra, no hay nada en las estanterías de las tiendas", ha declarado a Europa Press en una conversación telefónica.

Su familia ha conseguido localizarle por teléfono después de muchos intentos, porque las líneas están colapsadas, y ni sus familiares ni él han tenido aún contacto con la Embajada o las autoridades españolas.

El temblor, que se ha producido a las 14.46 hora local, ha sorprendido a la mayoría de la gente en el trabajo y a Leonardo en clase. Sus profesores le han comentado que no habían vivido antes ningún terremoto tan largo y de tanta intensidad, aunque los desperfectos en los edificios han sido leves. Esta tarde, madrugada en Japón, continuaban los temblores, de mayor y menor intensidad, cada 20 minutos o media hora, según ha informado el español.

"Parece que estuviéramos en guerra, no hay nada en las estanterías de las tiendas", ha subrayado, al tiempo que ha explicado que en Tokio la mayor parte de la gente hace la compra diaria, sin embargo, este viernes, aparte de que muchos supermercados han cerrado por precaución, la gente ha arrasado las tiendas que quedaban abiertas, en su mayoría los establecimientos abiertos 24 horas.

El caos se nota también en los transportes públicos, ya que los servicios de metro y tren han sido suspendidos y sólo funcionan los autobuses, donde "las colas son kilométricas". También ha quedado paralizado el aeropuerto. Así, muchas personas que se encontraban en Tokio en el momento del terremoto se han quedado varadas en la ciudad, por lo que se han habilitado instalaciones deportivas como refugio, porque "hace mucho frío".

Según Carrascosa, la reacción de los servicios de emergencia ha sido muy rápida y en la calle hay muchos policías y voluntarios dando indicaciones y repartiendo alimentos entre la gente que no sabe adonde ir.

El español ha comentado que su familia no había podido contactar con la Embajada, pero que había podido ponerse en contacto con él después de muchos intentos. Él no ha intentado comunicarse con las autoridades españolas.