SEÚL, 20 Ago. (EUROPA PRESS) -
La presidenta de Corea del Sur, Park Geun Hye, ha advertido en contra de descuidar los ejercicios militares, a pesar del acercamiento con el Norte, subrayando que "puede desatarse otra crisis en cualquier momento", si se actúa de forma "negligente".
"Es muy importante garantizar la preparación de nuestras Fuerzas Armadas en cualquier circunstancia, sin importar lo pacífica que sea, porque en cualquier momento puede desatarse otra crisis, si nos olvidamos de la guerra", ha dicho, durante el Consejo de Seguridad Nacional.
Park ha considerado que "la preparación de las Fuerzas Armadas para contingencias nacionales es la parte esencial de la seguridad nacional". "Por lo que no podemos actuar de forma negligente, ni siquiera por un momento", ha insistido.
La jefa de Gobierno ha argumentado que "en el pasado las relaciones intercoreanas se han roto, no por la falta de promesas, sino porque esas promesas no se han cumplido". "Lo más importante para el Sur y para el Norte es llevarlas adelante", ha subrayado.
A este respecto, ha recordado que los ejercicios militares 'ulchi' "nacieron a raíz del ataque de Corea del Norte contra Cheong Wa Dae (oficina presidencial) en 1968", durante el Gobierno de su padre, Park Chung Hee.
En este contexto, ha ordenado a los uniformados que elaboren planes de evacuación y medidas de protección para los residentes en las localidades fronterizas, tomando como hipótesis un ataque con artillería pesada de Corea del Norte.
En la misma línea, ha urgido a los militares a garantizar que hay suficientes medicamentos para hacer frente a un eventual ataque norcoreano con armas químicas, de acuerdo con la agencia de noticias Yonhap.
EJERCICIOS MILITARES ANUALES
Park ha hecho estas declaraciones el mismo día en el que han comenzado los ejercicios militares que Corea del Sur y Estados Unidos llevan a cabo con carácter anual. Durarán dos semanas y en ellos participarán 50.000 efectivos surcoreanos y 30.000 estadounidenses.
Las Fuerzas Armadas surcoreanas han explicado que el objetivo es mejorar la capacidad defensiva para garantizar la paz de la península coreana, especialmente frente a los ataques informáticos contra las redes militares y con armas de destrucción masiva.
A diferencia de años anteriores, el régimen comunista no ha criticado estos ejercicios militares conjuntos, a los que habitualmente se refiere como el preludio de una nueva guerra en la península coreana.
El silencio de Pyongyang se debe al acuerdo que el pasado miércoles alcanzó con Seúl para normalizar la situación en el complejo industrial de Kaesong, que decidió cerrar unilateralmente el 3 de abril.
Además, las dos Coreas han acordado reunirse para pactar la reagrupación de las familias separadas por la guerra (1950-1953), de cara a la festividad del Chuseok, el próximo 19 de septiembre.