SANÁ, 2 Abr. (Reuters/EP) -
Miles de partidarios del presidente de Yemen, Alí Abdulá Salé se han concentrado por segundo día consecutivo en la capital, Saná, para demostrar su respaldo al dirigente ante las protestas que han dejado su mandato al borde del colapso.
El presidente yemení se declaró ayer viernes dispuesto a "sacrificar sangre y alma" por el pueblo. Lo hizo ante miles de simpatizantes concentrados en la principal plaza de la capital.
Hoy, Salé se ha reunido con representantes de varias tribus para intentar recuperar el apoyo perdido en las comunidades locales, mientras prosiguen las sentadas en diversos puntos del país para exigir que abandone inmediatamente el poder.
Las conversaciones sobre su posible dimisión se han estancado y aún no se sabe cómo se pueden reanudar. Los manifestantes que están acampados junto a la Universidad de Saná desde principios del pasado febrero insisten en que el jefe de Estado, que ha anunciado que no optará a la reelección cuando finalice su mandato, en 2013, debe dimitir ya.
Salé ha advertido de que si deja el cargo sin asegurarse de que el poder acaba en "manos seguras", podría producirse una guerra civil. Pero los partidos de la oposición han afirmado que pueden combatir a los milicianos que actúan en el país mejor que el actual presidente, quien, según ellos, ha llegado a acuerdos con los insurgentes.
