La planificación para la invasión de Irak fue inadecuada, según antiguo responsable de Administración Bush

Actualizado: viernes, 28 mayo 2010 17:39


LONDRES, 28 May. (Reuters/EP) -

La planificación para la invasión de Irak en el año 2003 fue inadecuada y no se enviaron soldados suficientes para reforzar la seguridad después del conflicto, según afirmó este viernes el antiguo director de la Autoridad Provisional de la Coalición para Irak (CPA, por sus siglas en inglés), Paul Bremer.

Bremer, que estuvo al frente de este organismo durante trece meses después de que el ex presidente iraquí Sadam Husein fuese derrocado, afirmó que se produjeron errores de cálculo graves por parte de aquellos que planificaron la invasión.

"Es imposible exagerar las dificultades creadas para los esfuerzos de la CPA por la insuficiencia crónica de recursos", señaló Bremer en un comunicado, hecho público este vienes, a la Comisión Chilcot, la investigación que examina el papel de Reino Unido en la guerra.

"Este problema, y el hecho de que la coalición fue incapaz de dar seguridad adecuada a los ciudadanos iraquíes, dominó prácticamente todo lo que hicimos, o intentamos hacer, a través de los 14 meses de la existencia de la CPA", añadió.

Como director de este organismo, Bremer fue durante ese período el principal oficial e Irak del entonces presidente George W. Bush desde mayo de 2003 a julio de 2004, cuando Estados Unidos devolvió la soberanía del país a las autoridades iraquíes.

El Pentágono reconoció que la petición que hizo Bremer en 2004 para que se enviaran unos 500.000 soldados adicionales fue rechazada por el entonces secretario de Defensa Donald Rumsfeld. "Fue algo evidente para mí desde el principio que la planificación anterior a la guerra fue inadecuada, en gran parte porque se basó en supuestos incorrectos sobre la naturaleza de la situación posterior a la guerra en Irak", señala el comunicado.

"Incluso antes de que dejara Bagdad, estaba preocupado porque la coalición tenía soldados insuficientes para llevar a cabo su deber primario de dar seguridad para el pueblo iraquí", indicó Bremer.

Este antiguo responsable del Gobierno estadounidense opinó que el fallo en comprobar la violencia y el saqueo después de que Sadam fuera derrocado costó a la economía de Irak al menos 12.000 millones de dólares, aunque apuntó que se hizo un daño mayor con el mensaje que dio a los iraquíes de que la coalición no podría dar seguridad básica.

Además, volvió a defender su decisión de disolver al Ejército iraquí después de la guerra, un hecho que muchos expertos criticaron al considerarlo un error ya que muchos antiguos soldados se unieron a la insurgencia, y también defendió la prohibición a los miembros del partido Baaz de Sadam de permanecer en puestos del Gobierno.

"Nadie duda que algunos miembros del antiguo Ejército pudieron unirse después a la insurgencia, pero si lo hicieron, para la mayor parte no fue porque se les hubiera negado la oportunidad para servir a su país de nuevo. Fue porque querían crear una dictadura baazista", aseguró Bremer.

La investigación británica ha manifestado que ha interrogado a una serie de responsables estadounidenses a lo largo de este mes incluido Bremer, pero sólo ha dado detalles de los que han acordado que sus nombres fueran publicados.