Portugal.- La huelga general no paraliza el país pero Gobierno y sindicatos no se ponen de acuerdo sobre el seguimiento

Actualizado: miércoles, 30 mayo 2007 19:25

LISBOA, 30 May. (De la corresponsal de EUROPA PRESS, Patricia Ferro) -

La huelga general convocada para hoy por el principal sindicato de Portugal, la Comisión General de Trabajadores de Portugal (CGTP), no ha logrado paralizar el país, sin embargo, el seguimiento ha sido alto en diversos sectores y regiones del país, aunque Gobierno y sindicatos tienen visiones bien diferentes sobre los resultados.

Ésta es la primera huelga que enfrenta un Gobierno socialista y la quinta general que vive Portugal en sus 33 años de democracia. Sin embargo, no está secundada por el otro principal sindicato del país, UGT, que consideró que esta protesta carece de "un objetivo concreto".

Según el Ejecutivo, la huelga de hoy ha tenido un seguimiento mínimo en el sector privado y en el público fue del 12,8 por ciento, la más baja de la democracia, lo que en su opinión quiere decir que los trabajadores no están de acuerdo con los motivos de la protesta, la política económica y laboral del primer ministro, José Sócrates. En opinión de los ministros de Trabajo y de Finanzas, hoy se realizó "una huelga parcial y por sectores en vez de general".

En rueda de prensa, el secretario de Estado de Empleo, Fernando Medina, indicó que el 94 por ciento de la red pública de autobuses está funcionando con normalidad, lo mismo con el 85 por ciento del servicio de trenes. Además, en el norte del país el metro de Oporto está al cien por cien, lo que no ocurre en Lisboa, donde el metro y los barcos que conectan las dos orillas del Tajo están bajo mínimos.

Además, de los 10.928 centros públicos de enseñanza, 10.103 están funcionando, solamente están cerradas 15 de las 359 oficinas de Hacienda y de los 130 centros de empleo sólo ha cerrado uno, según datos del Gobierno. En el sector privado, la adhesión en la industria química y textil fue inferior al 5 por ciento y en la metalúrgica fue inferior al 1 por ciento.

El portavoz del Gobierno consideró que estos números revelan que "los trabajadores dijeron que no a la huelga de la CGTP" y, por ello, "el Gobierno, que es consciente naturalmente de la situación que el país atraviesa, se mantiene fiel al rumbo de modernización que es compartido por la mayoría de los portugueses".

"Una huelga general tiene la gran ambición de paralizar el país y de parar el funcionamiento de las ciudades y de nuestras estructuras productivas, pero eso no fue lo que ocurrió hoy en nuestro país", indicó Medina, que recordó que "los principales sistemas de transporte estuvieron funcionando", así como "gran parte de la administración pública, y en "el reducido sector" que se adhirió el impacto de la paralización también fue "muy reducido".

DATOS DE LOS SINDICATOS

Por su parte, la central sindical CGTP indicó que la paralización está teniendo un seguimiento media global del 80 por ciento en la función pública, lo que obligó al cierre de colegios, centros de salud, tribunales y servicios municipales por todo el país.

Aunque la CGTP todavía está recibiendo datos relacionados con el seguimiento, la coordinadora del centro sindical, Ana Avoila, indicó que los números actuales muestran que "la adhesión global a la huelga no es inferior a la de huelga de la administración pública del pasado noviembre, más bien al contrario, en algunos casos es superior".

El secretario general de la CGTP, Carvalho da Silva, se defendió de los números presentados por el Ejecutivo afirmando que "nunca un gobierno había reconocido el éxito de una huelga". Además, aseguró que la huelga había tenido "una fuerte adhesión" y "un gran impacto" a pesar "de las presiones ejercidas por el Gobierno con la imposición de los servicios mínimos". En su opinión, la jornada de hoy "ya influenció y va a seguir influenciando el rumbo del país y el debate de los problemas de los trabajadores".

Esta huelga, la primera general para el Ejecutivo de Sócrates, que ya ha vivido varias pero en sectores concretos y no del conjunto de la sociedad. La última huelga general en Portugal fue hace cinco años, el 10 de diciembre de 2002, en protesta por la implantación del nuevo código de Trabajo del Gobierno de centro derecha de José Manuel Durao Barroso, que entró en vigor meses después. Entonces también fue convocada por la CGTP y tuvo una adhesión del 90 por ciento según los sindicatos y del 15 por ciento según el Ejecutivo.

La CGTP llamó a los portugueses a la huelga para protestar por "el desempleo galopante, la precariedad laboral, los bajos salarios, las desigualdades e injusticias sociales" y principalmente, argumentan, por la política que quiere implantar el Gobierno socialista de mayor flexibilidad en los contratos de trabajo y dar mayor seguridad a quien se queda en el paro, la llamada "flexiseguridad".

A esto hay que sumar los problemas en torno a la función pública, como la congelación de los ascensos automáticos o la movilidad de los trabajadores.