Foto: ROMEO RANOCO / REUTERS
MANILA, 11 Nov. (EUROPA PRESS)
El presidente filipino, Benigno Aquino, ha declarado este lunes el estado de calamidad nacional tras los devastadores efectos que ha dejado a su paso por el centro del país el tifón 'Yolanda', considerado el cuarto más potente de la historia.
Aquino ha hecho el anuncio durante un discurso televisado a la nación tras visitar ayer las zonas más devastadas. Por ahora, el balance oficial de víctimas mortales se mantiene en 255 pero fuentes policiales temen que haya hasta 10.000 fallecidos solo en la provincia de Leyte, donde alrededor del 80 por ciento de los edificios han quedado arrasados.
El presidente ha explicado, según informan los medios locales, que ha tomado esta decisión con el objetivo de acelerar las labores de rescate y de ayuda de emergencia a la población afectada, al tiempo que ha reconocido que la preparación y organización de estas tareas no está siendo fácil.
"Hemos aprobado 1.100 millones de pesos filipinos (unos 18,84 millones de euros) adicionales que se sumarán a los fondos de respuesta rápida del Departamento de Bienestar Social y Desarrollo y del Departamento de Obras Públicas y Carreteras", ha anunciado.
En total, unos 18.700 millones de pesos filipinos (casi 317 millones de euros) en fondos gubernamentales de emergencia podrán movilizarse para ayudar a las víctimas y reconstruir las localidades arrasadas, ha precisado el mandatario.
La declaración del estado de calamidad nacional permitirá al Gobierno, entre otras cosas, fijar un techo en los precios en los bienes de primera necesidad y vigilar que no se cometan abusos en las ventas de este tipo de bienes así como medicinas y combustible; desbloquear fondos para proceder a reparar infraestructuras e instalaciones dañadas; o conceder préstamos sin intereses a los más afectados mediante cooperativas o organizaciones populares.
Aquino ha anunciado su decisión después de que este lunes un grupo de parlamentarios se hubieran solicitado que declarara el estado de calamidad nacional para poder ayudar a las víctimas y evitar abusos con los precios de los bienes de primera necesidad, después de los saqueos que ha habido en algunas zonas.
SAQUEOS
A este respecto, el portavoz presidencial, Edwin Lacierda, había instado este lunes a los filipinos a mantener la calma y no aprovecharse de la situación. "Este es un momento en el que todos los filipinos deberían unirse, ayudarse entre sí, y no un momento en el que aprovecharse de la miseria en que ha quedado sumidas las zonas afectadas en las Bisayas Orientales", ha defendido.
Por su parte, la ministra de Justicia, Leila de Lima, ha prometido que se aplicará la ley a los que están procediendo a saqueos aprovechando el caos reinante, principalmente en la ciudad de Tacloban, capital de Leyte y una de las más afectadas.
El Gobierno está empleando un "puño de hierro" contra los saqueadores pero, ha admitido en un mensaje de texto enviado a los periodistas, "aplicar estrictamente las leyes, incluidas las leyes penales sobre saqueo, durante momentos extraordinarios como estos de calamidad, es más fácil decirlo que hacerlo".