MANAMA, 6 Mar. (Reuters/EP) -
El reciente plan del Gobierno bareiní para crear 20.000 nuevos puestos en el Ministerio del Interior podría ir encaminado a la inserción de la marginada mayoría suní dentro del aparato de seguridad del estado, pero la decisión no ha apaciguado las protestas que todavía perduran en el país contra la dinastía regente de los Al Jalifa.
El anuncio fue realizado por el ministro Rashed bin Abdulá al Jalifa, quien informó de la decisión del rey Hamad bin Isa de incrementar el número de contratados tanto al servicio de Interior como de otras instituciones oficiales.
"Esperamos que esta decisión tenga un efecto positivo en la seguridad y el bienestar de los ciudadanos", indicó el ministro al diario 'Al Wasat', donde manifestó que el diálogo nacional "es la manera de conseguir la estabilidad política"
La oposición chií, liderada por el grupo Wefaq, cree que con esta decisión se abre "una oportunidad laboral para los futuros graduados chiíes", y recuerda que "la desigualdad de oportunidades es uno de los motivos por los que la gente se ha congregado en la calle", explicó el portavoz Jasim Husain
Sin embargo, miles de manifestantes siguen ocupando la plaza de la Perla, en la capital, Manama, donde están exigiendo el final de la dinastía Al Jalifa. Hoy domingo han protagonizado una sentada enfrente del palacio de Manama que sirve de oficina al primer ministro Jalifa bin Salman al Jalifa, el jefe de Gobierno más longevo del mundo.