NAIROBI, 15 Oct. (EUROPA PRESS) -
La continua ola de violencia que afecta al norte de República Centroafricana ha forzado el desplazamiento de cerca de 290.000 civiles desde 2005 y a la "completa destrucción" de infraestructura pública, según denunció el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).
"La situación de seguridad continúa siendo volátil en todo el norte de República Centroafricana, especialmente en las prefecturas del noroeste fronterizas con Chad en las que las tropas gubernamentales, grupos rebeldes y bandidos continúan enfrentándose", denunció la agencia de la ONU en un informe difundido ayer, indicó la agencia de noticias de Naciones Unidas 'IRIN'.
El informe de UNICEF, que cubre el mes de septiembre, señala que la falta de protección es uno de los principales asuntos que afectan a mujeres y niños en las crisis "multifacéticas" del país. República Centroafricana, con una población estimada de 4,2 millones de personas, ha experimentado más de una década de conflicto armado, en su mayoría en el norte del país, en donde operan grupos rebeldes antigubernamentales.
Según los datos de UNICEF, unos 291.000 centroafricanos han sido desplazados, de los que 79.000 han dejado el país y se han instalado en Chad, Camerún y Sudán, lo que no ha evitado que el país haya recibido a miles de refugiados que huyeron de los conflictos en Sudán y Chad.
El pasado 25 de septiembre, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas autorizó una nueva misión de paz "multidimensional" en Chad y República Centroafricana, en la que Francia será el principal colaborador con tropas. El inicio del despliegue de la misión de paz está previsto para el mes de noviembre.
INFORME DE HRW
La organización 'Human Rights Watch' (HRW) publicó otro informe el pasado 14 de septiembre --titulado 'Estado de Anarquía: Rebelión y abusos contra los civiles' -- en el que se advertía de que las tropas del Gobierno, especialmente la guardia presidencial, han cometido cientos de asesinatos ilegales y quemado miles de casas de civiles desde mediados de 2005, por su campaña contra la insurgencia en el norte de República Centroafricana.
También hacía referencia a los abusos y la violación de las leyes de guerra cometidos por ambas partes, fuerzas gubernamentales y grupos rebeldes, así como los ataques por parte de bandidos o 'zaraguinas' en el noroeste, que suelen secuestrar a menores para pedir rescate.
En este sentido, UNICEF denunció que los niños "continúan siendo utilizados en los conflictos armados, particularmente en el noroeste", en donde "continúan prevalentes los casos de violaciones y violencia sexual".
