Un refugiado sursudanés muestra la foto de su hijo asesinado
REUTERS / JAMES AKENA
Actualizado: domingo, 24 diciembre 2017 15:52

LONDRES, 24 Dic. (Thomson Reuters Foundation/EP) -

Achol Mach Chiek, una mujer de 66 años, fue vista por última vez en la localidad de Bor, en el centro de Sudán del Sur, en diciembre de 2013, cuando comenzó la última guerra en el que es el país más joven del mundo.

Ella figura entre las más de 5.000 víctimas de la violencia cuyos nombres se incluyen en 'Recordando a los que perdimos', un proyecto para rendir homenaje a las personas que han muerto en siete décadas de conflicto.

"Queremos que todos los que han muerto sean identificados y tengan un lugar juntos, esperemos que sea un sitio físico algún día", ha contado por teléfono Awak Bior, confundadora del proyecto. "La muerte es tan horriblemente habitual... Ha habido un silenciamiento colectivo de personas sursudanesas", ha explicado.

Cerca de un tercio de los doce millones de personas que viven en Sudán del Sur han tenido que abandonar sus hogares desde la última guerra que comenzó en 2013 por los enfrentamientos entre los militares leales al presidente del país, Salva Kiir, y los seguidores del exvicepresidente Riek Machar.

Las orgnaizaciones internacionales han documentado numerosos ejemplso de ejecuciones y asesinatos masivos, muchos de los cuales tenían motivos étnicos, aunque no existe un balance oficial de víctimas de la guerra.

Las estimaciones de víctimas de la actual guerra, que entró la semana pasada en su quinto año, oscilan de los 50.000 a los 300.000 muertos. Una portavoz de la Misión de Naciones Unidas en Sudán del Sur ha contado a Thomson Reuters Foundation que la organización no puede facilitar un balance de muertos porque los dos bandos enfrentados le impiden acceder a las zonas en las que ha habido violencia.

El proyecto 'Recordando a los que perdimos' invita a los testigos a aportar detalles sobre muertes o desapariciones mediante un formulario remitido desde una página web o con el envío de mensajes de texto de telefonía móvil. Los testigos pueden precisar si la víctima murió por disparos, por ahogamiento o por hambre.

Tras recibir la información, los voluntarios del proyecto la estudian y tratan de confirmarla, ratificando detalles como la identidad, la edad, el género, el lugar de la muerte y si está confirmada la muerte o consta como desaparición, antes de introducir todos esos datos en la página web.

"No tenemos la capacidad para escribir historias sobre cada persona pero lo menos que podemos hacer es que sean más que una cifra y un nombre", ha explicado Bior, que comenzó con su proyecto en enero de 2014 junto con otros sursudaneses. "La falta de un luto apropiado y el reconocimiento de las muertes preparan a Sudán del Sur para que vuelva a pasar lo mismo", ha denunciado.

Naciones Unidas ha asegurado que la violencia actual en Sudán del Sur, que lleva inmerso en conflictos casi sin interrupción desde 1955, equivale a una limpieza étnica y podría llegar a convertirse en un genocidio.

El grupo responsable del proyecto ha organizado actos de lectura pública de los nombres de las víctimas mortales de la guerra en Sudán del Sur en Yuba y en Nairobi y en la radio para rendir homenaje a los fallecidos y promover la reconciliación entre las comunidades que conforman el país más joven del mundo.

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