Residentes de Faluya sospechan que los invasores de la ciudad no son miembros de Al Qaeda

Actualizado: viernes, 10 enero 2014 16:36

ARBIL, 10 Ene. (Reuters/EP) -

Los residentes de Faluya sospechan que los hombres armados que invadieron la ciudad hace diez días no son miembros del Estado Islámico de Irak y de Siria (ISIS), afín a Al Qaeda, como se presupone, sino que podría tratarse de miembros de tribus suníes descontentos con la labor del Ejecutivo del primer ministro chií, Nuri al Maliki.

"La verdad es que no vimos una presencia armada representando al ISIS, sino a hombres enmascarados con armas. No sabíamos quienes eran", declaró Monzher Hazalá, ingeniero escapado de Faluya que ahora vive en un motel junto a nueve familiares.

Algunos de los testigos declararon que los asaltantes ondearon al principio las tradicionales banderas negras de Al Qaeda, pero esos símbolos han desaparecido. Desde la invasión, algunos residentes han podido entablar conversaciones con los asaltantes que les han dado a entender que estos hombres no eran miembros del grupo islamista.

En cualquier caso, los residentes temen tanto la presencia de estos individuos como la respuesta del Gobierno, sobre todo después de que el primer ministro Al Maliki ordenara una incursión en el norte y en el sur de la ciudad para arrinconar a los asaltantes.

Sin embargo, la gran ofensiva militar todavía no ha tenido lugar. Parece que el Ejército está agotando las posibilidades para entrar en la ciudad de manera pacífica, con la colaboración de las tribus suníes que rodean la ciudad.

El problema es que los asaltantes no tienen un centro físico de operaciones. "Se quitan las máscaras y se sientan en cualquier parte, bien en una cafetería o en un domicilio", declaró Hazalá. Sumado a la habitual falta de precisión del Ejército iraquí, el resultado de la contraofensiva podría desembocar en una masacre.

"Con los americanos, al menos estabas seguro de que iban a por los terroristas, pero ahora las fuerzas iraquíes meten a todos en el mismo saco: terroristas y no terroristas, pobres y mercaderes", declaró.

De momento, el Ejército sigue sus bombardeos contra los distritos residenciales y hacen la huida de la ciudad casi imposible. "¿A dónde vas?", se preguntó el residente Abdel Karim. "El camino hacia (la cercana ciudad de) Ramadi está bloqueado, llegar a Bagdad está dificilísimo. No hay más caminos al margen de los que llevan a este lugar", hizo saber.

A ello se suman las sospechas de que el primer ministro Al Maliki quiere mejorar sus opciones a la reelección declarando la guerra abierta contra los suníes, en especial las milicias que operan en Anbar, donde se encuentran Faluya y Ramadi.

"Las políticas que Maliki ha desarrollado a lo largo del último año en Anbar han terminado creando un vacío entre el pueblo y el Gobierno, y ha terminado provocando a su pesar que gran parte de la gente joven acabe formando parte de las milicias. Y las elecciones están cerca, y quiere prsentarse ante todos como un héroe chií", declaró Hazalá.

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