LONDRES, 8 Jul. (De la corresponsal de EUROPA PRESS, Eva Martínez Millán) -
El primer ministro británico, Gordon Brown, intentó hoy despejar dudas sobre la situación de la economía del Reino Unido y, pese a los informes que alertan de un "serio riesgo" de recesión, insistió en que el crecimiento se mantiene y que él es la "persona indicada" para superar los actuales "tiempos difíciles".
En declaraciones a la BBC durante su participación en la cumbre del G-8 que se celebra en Japón, Brown reivindicó la capacitación que le confiere tanto la gestión de las arcas públicas durante la década que pasó al frente del Tesoro como su actual interlocución con los líderes internacionales y se mostró convencido de que esta trayectoria lo hacen "más fuerte que la mayoría".
Por ello, pese a las alarmas suscitadas por datos como el mercado bajista en el que ha entrado ya la Bolsa británica, Brown subrayó que la economía "sigue creciendo" y que, además del "muy alto" nivel de empleo que aún presentan las islas, los intereses se mantienen aún bajos en comparación con los países del entorno.
Sin embargo, admitió los "tiempos difíciles" que atenazan la economía británica, en concordancia con la situación internacional que se ha generado a raíz del alza del petróleo y los alimentos y la crisis crediticia.
No obstante, en su opinión, "la cuestión es si podemos afrontar estos problemas fundamentales" y añadió: "Creo que es necesaria la acción global de la que estamos hablando --en la cumbre del G8-- y creo que Gran Bretaña, bajo nuestro liderazgo, está abordando las decisiones difíciles sobre cómo salir de esto en mejor posición que otras economías".
Además, consideró crucial la convocatoria de foros multilaterales como el de las ocho principales potencias del planeta que desde ayer se reúnen en Hokkaido y que contribuirán a promover "soluciones globales" a problemas estructurales como la dependencia del petróleo o la necesidad de aumentar la producción de alimentos.
LIDERAZGO
Una cita en la que toma parte por primera vez desde que llegó al poder hace poco más de un año en el que ha visto cómo su popularidad se desplomaba y su liderazgo al frente del laborismo es abiertamente cuestionado entre sus propias filas. Al respecto, preguntado por si renunciaría en caso de convertirse en un lastre para su partido, sentenció: "Si pensase que no era la persona adecuada no habría asumido el cargo".
"La prueba del liderazgo es llevar a la gente a través de tiempos difíciles", aseveró, tras lo que aprovechó para retomar la posición que ha mantenido en los últimos meses pese a los varapalos experimentados en las urnas y la propia percepción ciudadana acerca de la acción del Gobierno: "Creo que soy la persona adecuada para llevar a la gente a través de estos tiempos difíciles".
